La Fe mueve montañas, Emma llego a Lujan!!!
Emma Morosini, la italiana de 91 años que peregrinó a pie desde Tucumán, finalmente llegó a Luján. Caminó más de 1200 kilómetros para pedirle a la Virgen por los jóvenes y la paz del mundo.
A pesar de la quebradura de su brazo en un percance en el que cayó por un cuadro de deshidratación sufrido en San Andrés de Giles y bajo un sol radiante, Emma Morosini, la “Abuela Peregrina” que partió desde Tucumán, llegó a Luján.
Con lágrimas en sus ojos, y con una fe inquebrantable, la abuela de 91 años, cumplidos el 8 de enero en plena travesía, caminó hasta el Hogar Granja Padre Varela, donde fue recibida por los abuelos y acompañada por el intendente Oscar Luciani. Allí descansó para seguir con su objetivo y llegar hasta la Basílica Nacional.
Y llegó, poco después de las 9 de la mañana, a la Basílica. Allí la esperaba una multitud. Con pasacalles, coreando su nombre, la gente intentaba tocarla, sacarse una foto con ella. Emma dio los últimos pasos tranquila y sonriente, arrastrando su carrito, hasta que pudo ingresar a la iglesia, donde se realizará una misa en su honor. Además, será declarada ciudadana ilustre de la ciudad de Luján.
Emma, comenzó a peregrinar el 27 de diciembre de 2014 desde la provincia de Tucumán con el fin de llegar a los pies de la Virgen de Luján pidiendo por los jóvenes y la paz mundial.
Emma no tiene familia y su casa está en Castiglione delle Stiviere, en la provincia de Mantua, en el norte de Italia. No es la primera vez que hace una travesía de este tipo, ya que también caminó por Polonia, Israel, México y Brasil, según recuerda el diario La Voz del Interior.
Durante su recorrido de a pie llevó solamente una valija y un paraguas en un carro. El resto lo recibe del cariño de la gente en cada pueblo por el que pasa.
Habla italiano con algunas palabras en español. Lo que hace, explica, es un “sacrificio para la Virgen por la paz en el mundo, la juventud y por todas esas familias que hoy están divididas. Muchos están separados, algunos conviven pero no son esposos, o no tienen hijos. Es muy triste”.
“Los policías tucumanos me decían que no podía hacerlo porque voy sola y estoy muy anciana, y por la inseguridad y la droga, pero en el camino sólo encontré amistad y buena voluntad de la gente”, cuenta sonriente. El día de su cumpleaños, recuerda, la gente que la hospedó le hizo una torta y una fiesta.
Recordamos su paso por la ciudad con este vídeo: