Inundados: “Queremos un Pergamino tranquilo”
Charlamos con la familia Aller, victima en primera persona de la última inundación.
Es martes por la tardecita, 19.45 y Agustina, Mercedes y Eduardo, se reúnen atentos en su casa de calle Coni, a menos de tres cuadras de las inmediaciones del Arroyo. Padecieron 40 centímetros de agua en el interior de su vivienda con el último desborde producido el pasado 25 de Diciembre
Allí al interior de la vivienda, se escucha atentamente la radio local, preparan café a la espera de novedades. Con la inundación perdieron solo tres colchones, de los cuales por cosas del destino, o mejor dicho de la burocracia, solo les repusieron dos.
“No hay tendencia a la baja del arroyo, sino al menor crecimiento, esperan para alertar que los milímetros pasen de 448 a 500” reza el locutor radial, a las 20 hs mientras un amigo de la familia llega de visita al hogar.
“No es una dirigencia política que desconozca el tema hidráulico, sino que diversos factores como la desidia, han contribuido a la inundación, que afecta principalmente a los barrios más humildes como Newbery y Hernández, donde desde hace 21 días,se ha dado una vulneración de los derechos humanos” y agrega: “Los vecinos de allí están aprendiendo a organizarse para reclamar ante un estado ausente, los niños están con enfermedades dérmicas a causa de la situación, las personas mayores y los discapacitados se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad” afirma Mercedes. “No soy practicante católica, pero creo en la solidaridad y en la ayuda mutua” y afirma decidida: “Si es necesario tomaremos acciones penales, pero esto no puede quedar así”.
Son las 20.15, Agustina, termina de preparar bolsos por si tienen que evacuar de manera urgente y acota: “El intendente (Martínez) y los funcionarios deberían ir casa por casa, preguntando que se necesita, no se puede contar solo con la solidaridad vecinal y parroquial , que es muy buena, pero no suficiente”.
Su mirada, a nivel idiosincrasia familiar, lejos de quedarse en la indignación, tiene que ver con ser agentes de cambio en cuanto a lo social. “Queremos un Pergamino tranquilo y mejor” afirman casi a coro. Se indignan, se relajan, bromean, escuchan la radio, chequean las redes sociales, revisan sus bolsos y vuelven a comenzar.
Son las 20.30 y al igual que tantos otros vecinos, siguen a la espera de novedades.
Julieta Pellieri
Fuente:Diario Pergamino