Nacionales-Berni debio redoblar su seguridad por amenazas de narcos y barras
Luego de una serie de amenazas que recibió de barrabravas y de bandas de narcotraficantes tras el operativo antidrogas de Rosario, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, redobló sus propias medidas de seguridad, aunque dice no tener mayores preocupaciones, le molesta tener custodia personal y afirma que tiene menos vigilancia que otros ministros.
Lo primero que hizo fue apostar cuatro efectivos de la Prefectura Naval en la casa de campo que tiene en la localidad bonaerense de Lima, partido de Zárate, a la que suele ir los fines de semana. La Policía Federal le aconsejó asignar 12 efectivos, pero él declinó el consejo y adujo que no quiere «sentirse invadido» en su intimidad.
Según confiaron a LA NACION fuentes de las fuerzas de seguridad, el funcionario ingresa de noche en lo que llama «el campo» con las luces de su automóvil apagadas y con un visor infrarrojo de combate nocturno para «detectar cualquier posible emboscada».
Además, en su departamento del barrio porteño de Belgrano dispuso custodia disimulada para no molestar a los vecinos y no alterar su intimidad. Los detalles son secretos, por cuestiones de seguridad.
Berni se desplaza armado con una pistola Glock 9 mm. Todas las semanas practica tiro en el polígono del departamento central de la Policía Federal y compite contra los jefes y superintendentes de esas fuerzas tirando a siluetas móviles.
Graduado en cirugía general, abogado y coronel retirado, de 52 años, Berni maneja su propio automóvil cuando está fuera de horario de trabajo, pero si no tiene asignado un móvil blindado de la Policía Federal, con el cual recorre los puestos policiales de la ciudad.
Se hace acompañar por Yunque, un perro ovejero alemán de la Policía Federal, adiestrado para el ataque. Se trata de un cachorro de dos años, que lo sigue a todos lados apenas Berni se levanta de su escritorio, aunque sea para ir al baño.
En las fuerzas de seguridad dicen que Yunque sirve para intimidar a activistas y piqueteros cuando Berni concurre a disipar cortes de rutas o de calles. «No se acerca un solo piquetero», señalaron los que cuidan la seguridad del secretario.
Mientras el secretario hace trabajo de oficina, Yunque dormita a sus pies debajo de su escritorio. Tiene una cucha con agua en la oficina contigua de las secretarias privadas. A las 19, el perro regresa a su canil del departamento central de la Policía Federal. «No es custodia personal, sino una herramienta de trabajo», dicen a su lado. Por la mañana, se entrena dos horas con un adiestrador que lo hace morder todo tipo de materiales en simulaciones de ataque.
Según confiaron a LA NACION fuentes de la Casa Rosada, Berni dejó trascender que está agotado por su intensa agenda de operativos y por las pocas horas de sueño. Como dentro de cuatro meses nacerá su primer hijo, al que llamará Juan, podría alejarse de su cargo. Hace tres años se puso de novio con Agustina Propato, funcionaria de Seguridad, y quiere replantear su futuro y su familia.
«No hay nada definido, todo está por verse», aseguraron voceros del ministerio. Niegan las crecientes versiones de que Berni está cada día más enfrentado ideológicamente con el ala progresista garantista del Gobierno que se identifica con el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, autor del nuevo proyecto del Código Penal que quiere reducir las penas y eliminar la reincidencia. En esa línea se inscriben la presidenta Cristina Kirchner -que defiende ese proyecto-, Carlos Zannini, Agustín Rossi y La Cámpora, entre otros.
Funcionarios de Seguridad de algunas provincias escucharon que Berni rechaza los condicionamientos de ciertos funcionarios que cuestionan su propósito de dar más poder a las policías y sacar de la calle a los piqueteros.
Pero Berni cree ganar la batalla conceptual. Tiene índices de reducción del delito en la ciudad de Buenos Aires. Los homicidios en robos confirmados en 2012 fueron 18, en 2013 fueron 16 y este año, sólo 4. Los homicidios dolosos siguieron este orden: 144, 168 y 85. Según sus estadísticas, además, entre 2012 y 2013 el robo disminuyó 10,04%; el hurto, 8,43%; el asalto a mano armada, 21,13%; las salideras bancarias, 22,43%; el robo de autos, 15%, y en edificios, 24,79%.