Nacionales – Seis policías a juicio por violar y prostituir a dos adolescentes
Las víctimas fueron sometidas durante dos años, desde que tenían 13 y 14. Las llevaban a dependencias de la Federal y les pagaban con plata o comida.
En total, seis suboficiales de la Federal y otro del Servicio Penitenciario Federal deberán enfrentar la acusación de promover la corrupción de dos menores de 18 años, con el agravante de que para ello intimidaron a las chicas, abusando de su autoridad. Todos están libres, aunque cuando el caso estalló fueron pasados a disponibilidad. Arriesgan una condena en juicio de entre 3 y 10 años de prisión.
La historia de Mariela y Cintia es casi indigerible. Dos hermanas de una familia muy humilde, vulnerables al punto que ellas mismas habían naturalizado el hecho de ser usadas por los policías, que eran llevadas a diversas dependencias de la Federal, donde las sometían a rondas de sexo en una suerte de circuito de prostitución para uniformados.
“Eran buscadas en algún sitio de la ciudad –mayormente, en la zona de Parque Lezama– para llevarlas al Cuerpo de Policía Montada(Cavia 3302); o al predio de ese Cuerpo ubicado debajo de la Autopista ‘Presidente Héctor Cámpora’ (AU 7), en la intersección de Rodrigo de Triana y Lacarra; al Cuerpo de Policía de Tránsito; a los galpones de la División San Martín; a la Estación de Ferrocarril del Barrio de Devoto; a baños de otras estaciones de tren o a la pensión sita en la calle Warnes 2105, en la que residían mayormente agentes y aspirantes de la Policía Federal ”, detalló en su requerimiento de elevación a juicio el fiscal Fernando Fiszer.
“En algunos de estos casos percibían un importe dinerario y, si bien los actos sexuales estaban preponderantemente limitados a una satisfacción del momento, en otras ocasiones las púberes quedaban limitadas de su libertad ambulatoria por horas o días ”, detalló Fiszer. Los abusos ocurrieron entre 2009 y 2011, cuando Mariela tenía entre 13 y 15 años y Cintia, entre 14 y 16.
La suerte de las hermanas en la Justicia tuvo mucho que ver con el trabajo de la Defensoría de Menores y también con el hecho de que Cintia se puso de novia con un policía. Fue él quien hizo la denuncia de los abusos.
“Su familia es muy carenciada, no tiene vivienda y no puede hacerse cargo económicamente de ellas. Estando en esta situación de calle, dos oficiales de la División Montada de la Policía Federal Argentina las introdujeron en unos edificios tomados del barrio de Flores y también en un predio que la Montada tiene debajo de la autopista”, contó el denunciante.
“En todos estos casos ellas debían tener relaciones sexuales con policías, obligadas, y en algunos casos se abusaban de ellas. A cambio de hacer eso les daban plata y comida. Ellas les tenían temor. En algunos casos las engañaban y les decían que las iban a llevar a recitales, pero cuando subían a las camionetas las llevaban a estos predios”, agregó el policía. Luego declararon las chicas y describieron con exactitud los lugares adonde eran violadas.
Los acusados negaron todo. El primer fiscal del caso, César Augusto Troncoso, lo intentó archivar. Pero fue reemplazado y denunciadopor la misma jueza de la causa, Wilma Lopez. Hoy tanto las dos víctimas como su madre son querellantes. Las representan abogados del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídica Defensoría General de la Nación. Solo falta el juicio.
Fuente:Clarin