La mujer descubrió que un hombre de 28 años, oficial de la Policía bonaerense, le mandaba mensajes sexuales a su hija de 11. Les armó una cita falsa en una plaza y lograron atraparlo. La familia de la víctima casi lo lincha.
Una mamá descubrió que a su pequeña hija de 11 años un hombre le mandaba mensajes sexuales a través de Facebook. Entonces, puso en marcha un plan para dar con el depravado: armó una cita falsa entre ambos en la plaza del barrio donde viven, en Virreyes (Buenos Aires), y con la nena de «carnada» logró atraparlo.
El acoso empezó por Facebook y siguió con mensajes de texto
Una vez allí, al hombre lo estaba esperando toda la familia de la chica y casi lo linchan, pero un policía que estaba en la zona intervino para evitarlo.
Los hechos sucedieron en abril de 2014 y este jueves en los tribunales de San Isidro se escuchó el alegato de la querella: pidieron 4 años de prisión para el acusado, el máximo previsto por la ley de grooming. El miércoles próximo continuarán los alegatos y se espera que para el final de esa semana se lea la sentencia, informó el diario Clarín.
«Hola linda». Esas dos palabras, enviadas a las 10 de la noche por mensaje de texto al celular de la nena de 11 años despertó la intriga de Susana Wiege, madre de la pequeña: «¿Qué fue eso? ¿Quién te mandó un mensaje a esta hora?», quiso saber. «Un chico que me está molestando», dijo la nena.
A partir de ese momento, Susana se hizo pasar por su hija. Sospechaba que algo raro pasaba y tenía razón: su interlocutor se llamaba Fabio Ariel Martínez, un oficial de la Policía Bonaerense que en ese momento tenía 28 años. Ella le siguió respondiendo los mensajes que subían de tono a medida que continuaba la conversación: «Te quiero ver desnuda»; «Vení en pollerita o calzas, sin ropa interior», eran algunos de los textos que enviaba el policía.
El acoso había comenzado por Facebook y luego continuó por mensajes de texto. Martínez lo había obtenido ya que la pequeña tenía su número de celular público en la biografía de su perfil. Fue en ese momento que la madre le propuso al hombre que se juntaran en una plaza de Virreyes. Antes había probado con denunciarlo en la comisaría. «Lo único que nos dijeron era que cuidáramos a la nena porque mucho no podían hacer», contó la mujer.
Una vez en la plaza usaron a la chiquita como señuelo: la pararon sola en medio de la plaza bajo un farol, de noche, mientras que el resto de los familiares se había escondido. Cuando Martínez apareció se le acercó a la nena y (según figura en la denuncia que realizó la madre) la agarró fuerte de un brazo. Fue en ese instante que apareció la familia: lo corrieron, lo capturaron y lo golpearon hasta que llegó un policía para separarlos. El hombre quedó detenido sólo por algunas horas y luego fue liberado. Desde aquel momento sigue en libertad.
«Una pena baja no sería de cumplimiento efectivo y permitiría que este sujeto peligroso pueda continuar con su modalidad de contactar menores a partir de las redes sociales», explicó el abogado de la familia, Andrés Bonicalzi.