Quiero agradecer a mi familia, a mis amigos y a mi equipo por entender que este es nuestro tiempo. El tiempo del trabajo permanente, de las soluciones en base al esfuerzo y a la dedicación, de las incansables gestiones necesarias de cada uno de nosotros.
Quiero agradecer a los vecinos que confiaron en nosotros para este desafío; y especialmente a aquellos que no lo hicieron pero confían en que hemos emprendido un trabajo noble y dedicado.
Les pido a los vecinos que me acompañen, que me entiendan, que sepan que siempre voy a hacer el esfuerzo de estar cerca, pero que a veces simplemente con el esfuerzo no alcanza. Necesitamos tiempo, planificación, trabajo en equipo y recursos.
Cuando hablábamos del cambio, muchos creían que se trataba de uniformes nuevos, de semáforos modernos o de la disposición del sentido de las calles. Sin embargo, el cambio es volver a confiar, volver a tener respeto por los mayores, los docentes, los policías, volver a charlar con nuestros vecinos sin miedo a dejar la puerta abierta, volver a caminar junto a nuestros padres o nuestros hijos con libertad por cualquier calle de nuestra ciudad. Volver a lo mejor de los valores que por alguna razón hemos perdido como sociedad.
Porque ya no alcanza con cumplir las normas, tenemos que querer cumplirlas, tenemos que cambiar.
Tenemos la oportunidad de vivir este cambio, la oportunidad de vivir unidos, la oportunidad de escucharnos, de mantener diferencias en armonía, de construir el futuro juntos.
Vivamos en contra de nadie y a favor de todos, a favor del futuro, del crecimiento, del respeto, del amor y a favor del prójimo.»