Unos 45 internos llevaron adelante un motín en el instituto Manuel rocca, ubicado en el barrio porteño de Floresta, donde mantuvieron como rehenes a dos guardias, uno de ellos herido. A la mañana, los efectivos controlaron la revuelta.
Un grupo de adolescentes intentó escapar de un instituto de menores en el barrio porteño de Floresta luego de tomar de rehenes al resto de los internos y quemar colchones y una camioneta de uno de los celadores, informaron fuentes policiales.
El motín comenzó anoche, alrededor de las 22.30, en el instituto Manuel Rocca ubicado en el cruce de avenida Segurola y Juan Agustín García.
Fuentes policiales informaron a Télam que un grupo de 16 adolescentes de «extrema peligrosidad» tomó de rehenes al resto de los internos con el objetivo de escapar del lugar.
Los amotinados, de entre 16 y 17 años, se armaron con los elementos de la cocina, prendieron fuego colchones y hasta una camioneta particular de uno de los custodios.
Según las fuentes, unos siete celadores y una de las enfermeras se escondieron para no ser agredidos o tomados de rehenes.
En ese marco, los adolescentes subieron a un camión de traslado con el que embistieron la puerta del predio, que ya estaba completamente tomado, pero la Policía había sido alertada e impidió que pasen por allí.
Según informó C5N, en el lugar hay un operativo policial con 100 efectivos de distintas fuerzas. De los dos rehenes uno presenta heridas cortantes.
Efectivos de la comisaría 43ra. rodearon el instituto Rocca y personal del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) ingresó por la fuerza debido a que si bien comenzaron negociaciones nunca avanzaron porque los adolescentes sólo querían huir, dijeron los voceros.
Los efectivos recuperaron el control del lugar esta mañana, cerca de las 8.30, cuando familiares de los internos estaban aguardando afuera para informarse de la situación.
De acuerdo a las fuentes, dos adolescentes fueron atendidos y dados de alta por algunas lesiones, mientras que otros dos estaban en observación, uno de ellos con una fractura tras tirarse de un techo.
Los internos estaban siendo redistribuidos en distintos institutos, mientras que los familiares se quejaban en la puerta del lugar porque no les confirmaban para donde los iban a llevar.
En julio del año pasado hubo un chico que murió en un incendio y otro con heridas graves. Además, se registran denuncias por golpizas a menores.