El joven de 25 años, estaba preparando diversos objetivos para atacar durante el torneo continental. En principio, la idea era atacar lugares de culto musulmanes y judíos, así como edificios administrativos.
Los medios franceses aseguran que el sospechoso fue detenido en la frontera entre Ucrania y Polonia cuando transportaba dos lanzagranadas, cinco fusiles Kalashnikov, más de 20 detonadores y 125 kilos de dinamita, elementos valuados en más de 200.000 euros.
Tras ser detenido, las autoridades ucranianas comunicaron que el joven tenía intención de atentar en Francia como oposición ante «la política de su Gobierno sobre la llegada masiva de extranjeros a Francia, la difusión del islam y la globalización».