Opinion-UNA VENTANA AL PRIMER MUNDO…
Una mañana fría y gris, que daba más para escribir un tango que para hacer tareas periodísticas. Llegando al predio de la empresa Rizobacter en el parque industrial de Pergamino… desde lejos se podía apreciar la enorme construcción similar a un hangar y una larga cola de personas. Una colorida fila de gente sin los fueros que habitualmente los rodean… políticos, funcionarios gubernamentales varios, amigos de amigos, periodistas esperando para acreditar su entrada al gigantesco lugar desde cuyo interior ya resonaban ecos musicales alegres.
Detrás de mí una señorita tratando de explicarse en un portugués bastante cerrado y un joven queriendo interpretarla, mas adelante un joven con auriculares y un celular que no dejaba de hablarle (el celular al joven)… Otros dos hablando en francés… ¡Que nivel! Pensaba…
Lentamente avanzábamos hacia el también gigantesco portón donde unas hermosas chicas muy producidas en su belleza portaban listas de invitados de varias hojas que comprobaban tu nombre antes de permitirte el ingreso.
Una vez adentro me invadió un muy funcional y casi agradable aroma que seguramente fue esparcido a propósito para la ocasión por alguna de las empresas que se hizo cargo de organizar el evento, una especie de desodorante de ambientes pero del primer mundo…
Mucho sobretodo y traje negro, mucho celular (y selfies), mucho cabello planchado en ellas…
Y efectivamente, si antes de entrar no sabíamos que cosas veríamos allí, una vez adentro el panorama era sorprendente. Pantallas gigantes en los alrededores mostraban un soñado campo sembrado mecido por el viento virtual…al frente una enorme (Si, muy grande) pantalla cinematográfica donde rotaba un logo permanentemente con el nombre de la empresa y grandes cajas sonoras para esa música que acompañaba sin molestar.
Mozos y mozas por todos lados ofreciendo ricas bebidas, mas y mas políticos, empresarios, personajes y algún que otro encargado de distribuirnos según un orden preestablecido. Invitados de honor, en las sillas, políticos y funcionarios adelante, ancianos al fondo, periodistas al corralito… (Si, textualmente AL CORRALITO) así lo indicaban y así era: Una especie de escenario rodeado de vallas donde ya muchas cámaras y colegas hacían su trabajo.
No falto el señor de sobretodo gris, calvo y con gesto muy serio (casi enojado) portando un Handy y tratando de poner orden todo el tiempo y a todo el mundo, tampoco faltaron las muy agradables voces de locutores profesionales indicando qué cosas hacer a cada momento y por supuesto, no faltó quien dijera lo divertido que sería hacer explotar un petardo para acrecentar el nerviosismo de algunos señores de la seguridad .
Por cierto, la espera fue de una hora, vimos un excelente video documental de cómo se creó la empresa y luego nos sorprendió el sonido del helicóptero que marcó la llegada de la comitiva presidencial. A partir de ese momento todo se vio por las pantallas, un perfecto sistema de televisación y sonido acompaño todo el evento.
Discursos breves del propietario, de la gobernadora bonaerense y del presidente. Algunas fotos con los trabajadores de la planta y rápida salida. En total habrán sido 15 o 20 minutos lo que duró el acto oficial y la visita. Después otra vez helicóptero y si te he visto no me acuerdo…
Mi hija pidiéndome por whatsapp una selfie con el presidente y yo que, como todos los demás, lo vimos mejor en pantalla gigante que en persona…
Luego otra vez mozos repartiendo finos bocaditos y bebidas. Pasando raudamente entre la gente como si no quisieran en realidad que la gente comiera uno de esos pequeños y elaborados “alfajorcitos agridulces”
Destacable la organización. Impecable todo. Y por último el detalle de la cantante Verónica González junto al pianista arrecifeño Adrian Charras interpretando música francesa, exquisito (Recuerdo que la empresa asociada es de capitales franceses)
La gente se fue retirando, solo quedaron algunos funcionarios buscando las cámaras y grabadores para lograr una nota más, no importa de qué medio sea… y después todo el mundo a su casa, a seguir con esta vida sencilla que no se parece en nada al perfume francés que nos hizo compañía esa mañana.
Una ventana al primer mundo, en medio de la pampa.
(Crédito foto portada Semanario El Tiempo)