Por: Psicólogo Santiago Gómez
(Matrícula: 15.159)
Debido a la llegada de Navidad y Fin de Año, el mes de diciembre se caracteriza por ser muy emotivo y puede generar emociones encontradas. Mientras que para algunos resulta un momento de alegría y diversión para disfrutar junto a familiares y amigos, otras personas lo viven con angustia y hasta en algunos casos, llegan a deprimirse porque afloran diferentes emociones como la angustia y la nostalgia, ya que toman conciencia de la ausencia de los seres queridos. El malestar de muchas personas se ve reflejado en el comentario, “me acostaría a dormir el 23 de diciembre y me levantaría el 2 de enero”, es decir, cuando las Fiestas ya pasaron, y por lo tanto se recupera la calma emocional.
FACTORES QUE ORIGINAN EL ESTADO DE PERTURBACIÓN
Generalmente, la pérdida de seres queridos son los que ocupan el primer lugar como causa de angustia y llanto a la hora del brindis.
Existen también otros factores como:
Ø separación de la pareja
Ø pérdida de trabajo
Ø conflictos familiares
Ø familiares viviendo en otro lugar
Ø entre otros.
¿Por qué hacemos balance a fin de año?
A medida que nos vamos acercando al final del año, las exigencias del ambiente son excesivas e intensas y se mezclan con el deseo de cerrar y finalizar las diferentes actividades, en búsqueda de las tan ansiadas vacaciones para poder descansar.
Por lo tanto, el balance coincide con la finalización de las diferentes actividades y objetivos que el sujeto se había propuesto durante el año, en donde evalúa los resultados, es decir, en qué medida pudo alcanzar lo que se propuso.
¿Cómo realizar un balance saludable?
Tenemos que tener en cuenta que no son los hechos del exterior los que nos perturban o nos ponen feliz, sino que va a depender de los pensamientos con los que interpretamos las situaciones del exterior.
Esto significa que si nuestros pensamientos son negativos o se focalizan siempre en lo que NO logramos, el balance va a resultar negativo por más que hayamos conseguido logos valiosos. Esto es producto de la atención selectiva que se focaliza sólo en lo negativo, dejando de lado y minimizando lo positivo que se ha logrado.
SUGERENCIAS POSITIVAS PARA APLICAR A LA HORA DE REALIZAR EL BALANCE DE FIN DE AÑO:
v Valorar los logros obtenidos durante el año. Eso no significa ser conformista, sino darle valor a lo conseguido.
v Ser agradecidos por lo que se logró, ya que nadie nos asegura que lo íbamos a lograr.
v Poner el foco de la atención en lo que se consiguió.
v Realizar una evaluación objetiva de los resultados.
v Poner objetivos reales, que se puedan alcanzar.
v Las metas que no se pudieron lograr, sirven como motivación para el próximo año.