A una semana de la marcha convocada por la CGT, la central obrera ya tiene definido el día en que llevará a cabo la medida de fuerza. Este lunes hubo pases de factura y autocríticas por los incidentes.
Definido el 6 de abril como fecha para el primer paro nacional contra la administración de Mauricio Macri, la CGT se enfrascó en un tironeo entre sectores por el liderazgo de esa protesta y la interlocución con el Gobierno. En esa línea el sector que encabeza Hugo Moyano tuvo una reunión decisiva para volcar su apoyo a favor del portuario Juan Carlos Schmid -hasta entonces cuestionado incluso por sus promotores originales- en una pulseada interna que quedará planteada con Héctor Daer dentro del triunvirato de conducción.
Juan Carlos Schmid
El sindicato de cerveceros, en el barrio de Almagro, fue ayer la sede de un encuentro clave para la reconfiguración de la CGT tras una marcha del martes pasado que dejó dos conclusiones opuestas: fue la más masiva contra Macri y ratificó el poder de convocatoria de la CGT, y terminó con incidentes que resquebrajaron el rol de interlocución de la central obrera con el Gobierno y el resto de los actores sociales. Esa impresión ambivalente y las declaraciones de los últimos días en el entorno de Moyano habían sembrado dudas sobre la continuidad del gremio de Camioneros en la estructura de la central sindical.
Como se hizo habitual en los últimos meses, el jefe de los choferes y presidente de Independiente no estuvo en la reunión pero fue determinante para confiarle a Schmid el rol de portavoz del sector, que había quedado en duda. Participaron en cambio dos de los hijos de Moyano; Pablo, su lugarteniente en Camioneros, y Facundo, diputado nacional y saliente líder del gremio de Peajes. También fueron el petrolero patagónico Guillermo Pereyra, el aeronáutico Juan Pablo Brey, el canillita Omar Plaíni, el textil Hugo Benítez y el panadero Abel Frutos, entre otros.
Las declaraciones altisonantes precedieron el debate de ayer: Pablo Moyano, que alegó que durante la gestión de su padre no se hubieran producido los incidentes que hubo al final de la marcha del martes pasado, Facundo, que se quejó del triunvirato y llegó a proponer al radical Sergio Palazzo como jefe único de la CGT, y Pereyra, que llegó a tildar de «mamarracho» la protesta frente al Ministerio de Producción.
En Cerveceros hubo pases de factura por los episodios de violencia tras la movilización pero no aire rupturista, como llegó a especularse por los amagues de Pablo Moyano respecto de la continuidad de Camioneros. El último en hablar fue Schmid, que asumió como un error propio haber respetado el acuerdo interno en la cúpula de la CGT de no anunciar la fecha del paro en lugar de hacerle caso al clamor de los participantes en el acto. Reconoció haber actuado con falta de liderazgo. El mea culpa, dijeron los concurrentes ayer, bastó para que el núcleo duro que responde a Moyano volviera a darle un voto de confianza al portuario para ser su portavoz.
De este modo Schmid se afianzó en su condición de miembro del triunvirato y eventual candidato a encabezar a solas la CGT. En la misma línea la semana pasada la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), con el protagonismo de los colectiveros de UTA y los maquinistas ferroviarios de La Fraternidad, le había confirmado al portuario su apoyo como referente. Ayer en ese espacio y en el moyanismo el clamor era el mismo: unificar en un dirigente el discurso de la central obrera para evitar discordancias como las de los días previos a la marcha.
Parte de ese debate se dará el jueves en la reunión del Consejo Directivo de la CGT, convocado para anunciar formalmente la fecha de la huelga general que ya está resuelta para el 6 de abril. Hasta entonces la vocería de la central sindical seguirá en discusión entre los que apoyan a Schmid y los «gordos» de los grandes gremios de servicios y los «independientes» afines al Gobierno, que se inclinan más a favor de Daer. Carlos Acuña, el otro triunviro y referente de Luis Barrionuevo, quedó más relegado tras la protesta de la semana pasada.
Por fuera de este tironeo, los gremios de la industria se reunirán hoy y mañana con los ministros Francisco Cabrera (Producción) y Jorge Triaca (Trabajo) para analizar eventuales paliativos a sus respectivas crisis por el bajón en las ventas y la apertura de las importaciones. En ambas partes reconocen, sin embargo, que es virtualmente imposible obtener de esos encuentros una marcha atrás en la huelga.
Fuentes: minuto 1 – ámbito.com