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ACTUALIDAD- CURIOSIDADES- EL PERIODISTA DANIEL PARDO DE LA BBC DESCUBRE LA CUMBRECITA Y LA DESCRIBE PARA EL MUNDO

Cómo se vive en La Cumbrecita, un pueblo totalmente peatonal en Argentina y por qué puede ser un ejemplo para otros

Un clima semihúmedo que nunca es muy caliente, aunque sí nieva, hace de este lugar un atractivo en verano e invierno.

COMUNA LA CUMBRECITA

Es difícil saber si en La Cumbrecita, el único pueblo peatonal de Argentina, se vive como en el pasado o en el futuro.

Pero, en todo caso, se vive en otro tiempo.

Acá casi todo el entramado eléctrico es renovable, las aguas son tratadas y reutilizadas y el tráfico de vehículos está limitado a su más mínima y necesaria expresión.

A esto se suma el sereno, salubre y frondoso escenario de las sierras de la provincia de Córdoba, en el centro de Argentina.

El resultado es un enclave inédito y auto sostenible que busca ser replicado en otras partes del país.

Derechos de autor de la imagenBBC MUNDO-Image caption- La zona estaba pelada cuando llegaron los alemanes. Ahora está así.

Inmigrantes alemanes

En La Cumbrecita, un pueblo a 1.500 metros del nivel del mar, no viven más de 1.000 personas, aunque durante todo el año se mueve gente por el turismo, la principal fuente de empleo.

En 1934, Helmut Cabjolsky, un alemán radicado en Buenos Aires como gerente de la empresa eléctrica Siemens, compró 500 hectáreas en estas sierras cordobesas buscando un lugar para salir del caos citadino y acercarse a la naturaleza.

Para entonces estas montañas estaban peladas: el piso era de arena y roca.

Cabjolsky se planteó reforestar y conectar la zona con otras poblaciones de esta región.

Pronto construyó una casa de barro, cercó el terreno para evitar la entrada de animales y desarrolló un vivero.

Con el tiempo fue llegando más gente y, en 1938, el ingeniero Helmut Cabjolsky (hijo) trazó las calles y el loteo.

Ciudadanos alemanes, suizos, franceses y austriacos -muchos de ellos exiliados durante la Segunda Guerra Mundial- fundaron lo que hoy es un pueblo alpino que parece de otro país, de otra época.

Derechos de autor de la imagenBBC MUNDO-Image caption-Las casas guardan el estilo arquitectónico de Europa central.

Cómo se vive

Casi todas las casas de La Cumbrecita se abastecen de energías renovables.

Los plásticos, vidrios y metales se reciclan en una planta a pocos kilómetros.

Lo orgánico es puesto en el jardín de cada casa, donde los ciudadanos -que aprendieron la técnica en la secundaria local- tienen mecanismos para crear compost que luego le aplican a la tierra de sus huertas.

La comunidad cuenta con una planta de tratamiento cloacal, así como sistemas para recoger el agua en pozos y en el Río Almbach, un cristalino afluente que se añade a otras actividades de aire libre que frecuentan los turistas.

Venir a vivir a La Cumbrecita no es fácil, porque al ser parte de una reserva natural los códigos de zonificación y edificación son muy estrictos: en busca de mantener la calma y el paisaje natural, por ejemplo, los lotes deben ser de mínimo 2.000 metros cuadrados.

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