El organismo supranacional que supervisa las pruebas nucleares dieron la precisión de tiempo, distancia e intensidad del siniestro.
La Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE o en inglés CTBTO, »Comprehensive Test-Ban-Treaty Organization»)confirmó una eventual explosión del ARA San Juan sufrida en plena navegación hacia Mar del Plata, a unas 30 millas náuticas al nor-noreste de su último punto de contacto radiofónico, a más de 400 kilómetros de la costa patagónica, frente al golfo San Jorge.
Más tarde, Lassina Zerbo, el secretario del organismo difundió la frecuencia y el lugar exacto en el que la Agencia Internacional de Energía Atómica detectó «el evento coincidente» con una explosión.
El especialista dio a conocer el gráfico elaborado por la entidad donde se detalla que las ondas expansivas se registraron a las 10.55 del miércoles 15 de noviembre, unas tres horas después de la última comunicación.
El vocero de la Armada, Enrique Balbi, adelantó en la mañana de este jueves que se trató de un «evento anómalo, singular, corto, no nuclear, violento y coincidente con una explosión».
En el gráfico que difundió Zerbo se pueden ver con claridad dos ondas expansivas que se desataron de manera consecutiva que agitaron la hidrofrecuencia durante 12 minutos.
El lugar preciso, trazado a través de grabaciones tomadas por distintas estaciones hidroacústicas en el Atlántico, se ubicó a 604 kilómetros al Este del puerto de Comodoro Rivadavia, unos 60 kilómetros al norte de donde se había reportado a las 7.30 de la mañana el ARA San Juan.
El organismo reparó en detalles que resultan fundamentales para vincular la onda expansiva con el submarino ARA San Juan: no tiene nomenclatura nuclear, es consistente con otras explosiones subacuáticas que detectaron en otras oportunidades.
Los estudios se realizaron en el marco de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. El organismo, en verdad, está abocado al estudio de los ejercicios militares de toda la comunidad internacional y trabajó especialmente para investigar la desaparición del submarino tras el pedido de ayuda de la Armada argentina.
El trágico anuncio cierra la puerta a la esperanza de encontrar con vida a los 44 tripulantes del San Juan. Ahora, las fuerzas internacionales que se unieron a las argentinas para intentar la búsqueda y rescate del submarino, se concentrarán en intentar ubicar dónde está el TR-1700.
En caso de que haya ido a fondo más allá del talud de la plataforma continental, no se puede descartar que el casco resistente del buque haya colapsado irremediablemente. Veteranos marineros militares recuerdan el caso del Scorpion, un submarino nuclear norteamericano declarado perdido en junio de 1968, cuando navegaba con 99 tripulantes a unas 350 millas náuticas de las islas Azores, en el Atlántico norte. Terminó a 3000 metros de profundidad y allí yacerá eternamente.