Según las pericias llevadas a cabo por Policía Científica, se determinó en 90,61 kilómetros por hora la velocidad promedio mínima de la camioneta conducida por Alejandro Urquiza Rueda en el accidente del 9 de septiembre del año pasado, en la intersección de Estrada y Larrea. Se aguardan resultados de análisis de teléfonos celulares.
A casi siete meses del siniestro vial en el que perdiera la vida Victorio Otero, se obtuvieron los resultados de las pericias oficiales llevadas a cabo por Policía Científica.
Según informó Alejandra Otero, madre del joven de 27 años, en los últimos días se conocieron los resultados de un informe elaborado por los tenientes Cecilia Anguita y Angel Velazco: “Se determinó en 90,61 kilómetros la velocidad promedio mínima de la Amarok AA113VL conducida por el imputado Alejandro Urquiza Rueda”, es la conclusión presentada.
El escrito dice: “Esta peritación cumple en informar, tal como deriva de los cálculos realizados, que la unidad Volkswagen, desarrollaba un rango de velocidad mínimo estimable al acotado entre 80 y 99 kilómetros por hora, valor informado que siempre será mínimo, toda vez que se adolece de los elementos necesarios y/o suficientes para completar de manera concreta los restantes trabajos que pudieron haber disipado energía de movimiento”.
Aportes a la causa
Según la mamá de Victorio, este dato confirmado fehacientemente por la pericia accidentológica oficial es prueba necesaria para cualquier causa judicial, a pesar de que el resultado era evidente por la violencia del impacto y el estado del Ford KA conducido por su hijo aquella madrugada.
“Asimismo se han aportado a la causa antecedentes de cantidad de siniestros e infracciones ocasionados por el imputado Urquiza Rueda por conducir de manera imprudente y temeraria. Entre los siniestros incorporados se destaca el ocurrido en febrero 2016, causa radicada en Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 1 a cargo de Horacio Lasarte”. Y detalla a LAOPINION un fragmento del expediente “Alejandro Urquiza Rueda c/…. S/ lesiones culposas”, puntualmente el testimonio de la víctima de aquel siniestro: “Que al llegar al puente de Fontezuela, observa que de la mano contraria venia una camioneta blanca a alta velocidad, la cual tendía a cruzarse para el carril de circulación del dicente. Que el dicente ante esto se tiró para el lado del guardarais, pero cuando vio que dicha camioneta igual se le venía encima le toca bocina para alertar al conductor, a toque en ese momento esta persona pega el volantazo hacia la derecha y, si bien no pudo evitar la colisión…”, leyó Alejandra al cronista para que sea transcripto por LA OPINION.
Las investigaciones para construir la acusación contra Rueda, por parte de abogados y familia, ha sido exhaustiva, recopilándose datos de interés de todos los puntos del país: “Entre las tantas infracciones por exceso de velocidad se destaca la sentencia Juzgado de San Isidro del 13 de noviembre de 2015 por conducir a exceso de velocidad”, comenta Otero, y nuevamente aporta documentación, en este caso la Causa Nº 221 03-02-999-033540396, sobre la que el juez se expidió: “Se puede afirmar que este tipo de contravenciones afectan la seguridad de las personas, y constituyen hechos que si bien no llegan a conformar un tipo penal, crean un riesgo potencial, por lo que la aplicación de sanciones a dichas conductas se entiende, tiene un carácter preventivo”.
Para Alejandra Otero, los antecedentes de Urquiza Rueda evidencian una conducta irresponsable e irreflexiva, “que ante reiteradas posibilidades de modificar su forma de conducir, y replantearse el riesgo que representaba para los demás ciudadanos, siguió actuando de igual forma hasta terminar irremediablemente el 9 de setiembre de 2017 con la vida de Victorio Otero”.
Madrugada trágica
“Con todos los datos mencionados anteriormente, no era difícil imaginarse que en algún momento ‘coronara’ su accionar con una víctima fatal. Fue Vito, podía ser cualquiera”, dijo Alejandra para recordar aquella madrugada trágica del 9 de septiembre de 2017.
“A su irresponsabilidad como conductor que ocasiona el fatal siniestro, se suman las actitudes personales (independientemente de la responsabilidad policial), que Urquiza Rueda asume posterior al siniestro, retirándose del Hospital sin haberse realizados los controles de rigor, evadiendo con ayuda de su familia a las fuerzas policiales y autoridades judiciales que intentaban dar con su paradero, mientras Victorio peleaba por su vida. Dichos actos quedan plasmados en el procedimiento policial a cargo del oficial inspector, Franco M. Yozzi, incorporado en la causa”. Y a continuación la madre de Victorio recrea los dichos de Yozzi en la causa: “…el oficial Garro, quien me narra que recorrida toda la guardia no se encontraba en el lugar Alejandro Urquiza, y que misma efectiva policial, se entrevistó con el personal médico y mismos le narran que en virtud de las lesiones que presentaba el conductor del automóvil, mismo se abocaron a la atención del mismo, acto por el cual no se percataron cuando Urquiza se retiró del lugar sin ser asistido ni dado de alta médica”.
“Seguido me comunico al número aportado a fines de establecer ubicación de Urquiza para realizar la debida extracción sanguínea, sin ser atendidos en ninguno de los seis o siete intentos”, dice la mamá de Vito sobre la base del relato policial de aquella jornada.
En la descripción de las horas posteriores al hecho que consta en el expediente, se da cuenta de los intentos de la Policía por dar con el paradero de Urquiza Rueda: “Persisto en comunicarme al número celular aportado por Urquiza y es cuando a las 5:55 logro ser atendido al número telefónico en mención, donde una voz masculina me refiere ser y llamarse Alejandro Urquiza y al preguntar por su ubicación actual y narrarle diligencias judiciales a realizar, mismo me rectifica que es Alejandro Urquiza padre y que su hijo Alejandro Urquiza se había retirado del nosocomio local a pie y él mismo estaba abocado a su búsqueda. Alejandro Urquiza padre se compromete apenas ubique a su hijo a trasladarlo a la Guardia del Hospital San José para los fines legales”.
Versiones encontradas
Según surge de los datos aportados por los efectivos policiales que obran en la causa, en el complejo habitacional Agora se entrevistan con el personal de seguridad, quien testimonia, según el relato del oficial Yozzi: “Que instantes previos se habían retirado del lugar Alejandro Urquiza padre trasladando a su hijo Alejandro Urquiza en una pick up blanca, y en donde Urquiza padre le refirió: ‘Si viene la Policía deciles que lo llevo al Hospital’. Que ante lo narrado por el teniente Conde dispongo que realice el trayecto del Complejo Habitacional hasta el nosocomio local fines hallar a Alejandro Urquiza y que arbitre todos los medios necesarios para lograr realizar la extracción sanguínea”.
“Que por último y siendo 7:30, consulto telefónicamente al personal del Móvil Identificable RO. 19858 presente en la Guardia del Hospital, si había arribado la familia Urquiza y me anotician que no, que solo se encontraban allegados al conductor del automóvil Ford KA, a quien se lo establece como Victorio Omar Otero”, reza la transcripción del expediente facilitada por Alejandra Otero.
Finalmente, la sucesión de procedimientos policiales de aquella madrugada con el fin de realizar las pericias toxicológicas a Urquiza Rueda, no arrojó resultado. El conductor de la Amarok no pudo ser hallado en los tiempos indicados para efectuar este tipo de análisis. Así consta en el expediente: “Siendo las 7:40, suscripto dispongo que el Móvil Identificable RO. 19858 levante la guardia del Hospital, en virtud de finalizar su jornada laboral. Se deja constancia que suscripto utilizó todos los medios a su alcance para realizar la extracción sanguínea al imputado”.
Segunda pericia
Conviviendo con el inmenso dolor por la pérdida de Victorio, sus seres más queridos se sostienen entre sí y sienten el apoyo de la comunidad. Su madre finaliza su encuentro con este medio indicando que “actualmente está pendiente el informe de pericias telefónicas de celulares realizadas el 19 de febrero y una segunda pericia accidentológica ordenada por la fiscal Alejandra Ghiotti a los ingenieros Ferretti y Murphy”.
Fuente: La Opinion