La conclusión a la que arribaron los profesionales es que el acusado estaba en plenas facultades discrecionales, distinguiendo claramente la diferencia entre lo bueno y lo malo.
Rasgos de personalidad
El primero en reconocer y explicar su dictamen pericial fue el médico psiquiatra forense Walter Oscar Mártire, que se entrevistó en dos oportunidades con el imputado, durante febrero de 2012. El perito dio explicaciones de los términos aplicados a la descripción de la personalidad de Fabián Núñez, la que caracterizó por labilidad afectiva, impulsividad, rigidez de pensamiento, personalidad frágilmente integrada. Estas características lo definen como una persona con bruscos cambios emocionales, que no puede aceptar o soportar el pensamiento diferente al propio, y que ante la diferencia, surge la intolerancia y la tendencia a la acción, y no al uso de la palabra como componedora. Es decir una personalidad que resulta terreno predispuesto para que, ante el estímulo externo adecuado, se desorganiza fácilmente.
Además descartó absolutamente la existencia de una patología mental incapacitante o exculpante, ni siquiera transitoria.
Seguidamente brindó su testimonio la licenciada en Psicología María Teresa Pérez Delbene, de la misma Oficina Pericial, la cual relató haber mantenido tres entrevistas con el imputado, en las que se administró una serie de tests que permitieron de modo científico, evaluar aspectos de la personalidad del imputado, que resultaron coincidentes con las del médico psiquiatra en cuanto a personalidad estructurada, frágilmente integrada, con capacidad para comprender y dirigir sus acciones.
La profesional relató que se trata de una persona a la que en términos generales le resultaba importante el reconocimiento del otro y ya dentro del ámbito familiar, y obviando las consideraciones que hacen a la intimidad del trato con la menor, en virtud de las restricciones impuestas para la publicidad de las mismas fuera del ámbito de la audiencia, relató un trato tenso, con rasgos de sobreprotección, sobrecontrol, necesidad de ser respetado, y conflicto de límites que resultaban desobedecidos. Una personalidad tendiente a imponerse, y abiertamente opuesta al noviazgo que su hija menor vivía con la víctima, relación en la que ya antes de los hechos investigados Núñez venía interfiriendo e intentando obstruir.
Otro testigo
Uno de los testimonios más relevantes de la jornada fue el de un hombre que es hijo y tío de las testigos domiciliadas en el octavo piso, que residía con ambas en el departamento en el momento del hecho.
El hombre contó que él también se asomó al balcón, en momentos diferentes a cuando lo hicieron su madre y sobrina, es decir que si bien no vio el episodio inmediatamente anterior a la caída de Iván, ni la misma, sí pudo ver antes, cómo Núñez golpeaba a la víctima, mientras estaba sentada en el piso con las piernas extendidas, debajo de la ventana de la habitación de su novia. Tuvo asimismo registro de los gritos de su vecino sobre la frase “tirate o te tiro”, lo que complicó aún más la situación del acusado.
“Ganas de vivir”
Las audiencias continuaron con el relato de Lucía y Bruno Hortiguera, dos de los hermanos de Iván, que en un clima de mucha emotividad, recordaron a “Pipo” como un chico sociable, divertido, gracioso, “con muchas ganas de vivir”, que jugaba al fútbol y tenía muchos amigos. Contaron aspectos de la rutina habitual, la relación de la familia de Iván con la novia de éste quien visitaba la casa de la familia Hortiguera. Los familiares descartaron que Iván haya tenido motivos de depresión o tendencia suicida, y también fueron interrogados sobre cuestiones propias de la intimidad familiar, que el defensor de Núñez había ventilado en su interrogatorio a la madre de Iván, el primer día del juicio; con lo que quedó claro que no hubo ni hay conflictos, ni denuncias de violencia doméstica. También se descartó que Iván haya sido echado de su casa, que no tuviera dónde dormir, y que hubiera necesitado entrar al departamento de su novia para asearse, manifestaciones que había vertido quien fuera su novia.
Más tarde se presentó la doctora María Natalia Barbosa, que constató la muerte de Iván y dio las explicaciones de cómo llegó al lugar y qué comprobaciones hizo.
En tanto que el comisario Antonio Rodolfo Olivero relató de qué modo tomó conocimiento de la existencia de los testigos presenciales y sus acciones para que prestaran las declaraciones formales ante la fiscalía interviniente en el momento.
Fuente:La Opinion de Pergamino