Los quemaron vivos pero la fiscalía descubrió que no tenían nada que ver con los casos de chicos desaparecidos.
Dos hombres fueron quemados vivos el miércoles por un grupo de vecinos en una localidad de Puebla, en México, tras ser acusados de secuestrador a chicos en la zona. La fiscalía descubrió que eran inocentes.
Lejos de ser un caso de «justicia por mano propia», la muerte de Alberto Flores Morales, de 43 años, y Ricardo Flores Rodríguez, de 22, fue un caso de linchamiento popular en la localidad de San Vicente Boquerón, Puebla.
Unas 150 personas se autoconvocaron en la tarde del miércoles frente a la comandancia de policía del municipio de Acatlán de Osorio a donde habían sido trasladados los hombres tras ser detenidos.
Aunque las autoridades informaron que los hombres habían sido detenidos por estar ebrios a bordo de una camioneta Ford Explorer negra, los vecinos insistieron con que podían ser los responsables del secuestro de dos chicos.
Por eso, los vecinos irrumpieron a los golpes en la comisaría, arrastraron a los hombres afuera, los rociaron con nafta y los prendieron fuego. Ambos murieron.
La fiscalía de Puebla informó horas más tarde que Morales y Rodríguez eran campesinos y que eran ajenos a los secuestros.