En el ex predio de Linotex y en Fontezuela las llamas destruyeron las edificaciones donde residían grupos familiares muy humildes.
El miércoles a la tarde se produjeron dos incendios en viviendas que provocaron pérdidas edilicias y materiales a sus moradores: grupos familiares de recursos económicos limitados.
Los dos siniestros ocurrieron con muy poc tiempo de diferencia y en lugares distantes; pero dejaron una gran desazón en los integrantes de los grupos familiares que residían en esas vviendas incendiadas.
A las 13:08 del miércoles los operadores del servicio de emergencias provincial 911 alertaron al cuartel central de Bomberos Voluntarios de Pergamino sobre un incendio declarado en una vivienda del barrio José Hernández.
La casa ubicada en el ex predio de Linotex se prendió fuego en una de las habitaciones principales y cuando arribó la autobomba de la brigada rescatista, identificada como móvil 22.
Los brigadistas intervinieron con líneas de agua en ese sector dondel el fuego era más intenso y no pudieron evitar que las llamas se expandieran a un pasillo y el baño de la casa de José Hernández y Valentini.
El móvil 27 de los Bomberos acudió como refuerzo para evitar que se expandiera a las demás dependencias de la casa y al concluir con la intervención y sofocar cualquier foco ígneo quedó la cubierta de chapa de cemento destruída; al igual que varios de los tirantes de madera del techo como así también deteriorado y lleno de hollín la mampostería de las paredes.
Casi una hora más tarde, a las 14:05, los rescatistas de guardia tuvieron otra salida a bordo de la autobomba identificada como móvil 25 hacia Fonteszuela donde se había generado un incendio en la cocina de una casa debajo del puente de la ruta 8.
Los brigadistas extinguieron las llamas y con su intervención lograron evitar que el fuego se expandiera a las demás dependencias de la casa y que la destrucción de la edificación quedara limitada a un porcentaje de la morada.
De todas maneras el fuego provocó destrozos en el edificio y pérdidas de pertenencias de los moradores como indumentaria; calzado; electrodomésticos y útiles escolares de los menores.
Tal como surge el relato de personas allegadas a la intervención los cinco niños de la familia durante el siniestro contemplaron en silencio y devastados como las llamas y el humo se adueñaban de su casa y sus objetos más preciados se perdían sin que pudieran recuperarlos porque tampoco sus padres podían contra el poder demoledor del fuego.
Fuente:Semanario El Tiempo