Antes, después, ahora, en algún momento dejás de vivir en piloto automático y comenzás a observarte. Empezás a hacerlo porque sentís que necesitás hacerte cargo de tu vida o bien porque las circunstancias se vuelven tan adversas que no te queda alternativa. Cuando ocurre, surge inevitablemente la pregunta sobre cómo lograr aquello que estamos necesitando. Sabemos que no podemos seguir de ese modo pero no hay claridad sobre el camino a seguir.
Yoga suele ser para quienes se animan a introducirse en esta filosofía, valioso patrimonio de la humanidad, una respuesta. Su propuesta y campo de acción tienen tal amplitud que puede satisfacer todo tipo de búsquedas: físicas, psíquicas, intelectuales, culturales, relacionales, espirituales…
Muchos son los beneficios que la práctica del Yoga puede proporcionarnos. Podemos buscar pruebas en la ciencia pero no hay mejor vara para medir que la propia experiencia.
Si comenzás a practicar Yoga, en cualquiera de sus múltiples formas, y le das a tu práctica el compromiso y el tiempo necesarios, podrás:
- Mejorar tu salud de forma integral, logrando un verdadero equilibrio psicofísico, atendiendo a las causas y previniendo la enfermedad en lugar de recurrir a un simple paliativo.
- Trabajar sobre el aspecto físico, perfeccionando y llevando a su mejor expresión la forma de tu cuerpo y fomentando también la necesidad y práctica de una alimentación más consciente y saludable.
- Aliviar tensiones generadas por el modo de vida actual, mejorando la flexibilidad, tanto física como mental.
- Alcanzar y sostener estados de paz y ecuanimidad, más allá de contextos y situaciones.
- Fortalecer el sistema inmunológico, disminuyendo y hasta eliminando los procesos de somatización.
- Vivir en forma más presente y consciente, accionando en lugar de reaccionar y mejorando la conexión interna, la concentración, la intuición y el estado general de la mente.
- Mejorar las relaciones con el entorno, encarnando incluso un modelo positivo para los demás.
- Aumentar el nivel de energía.
Los beneficios son múltiples y varían según cada caso particular. Lejos de lo que muchos creen, cualquier persona, incluso desde la niñez, puede practicar Yoga. Solo falta que encuentres el tipo de práctica adecuada para vos y que te des tu tiempo y espacio para estar mejor.
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