Un joven de 22 años fue condenado a siete años y diez meses de prisión por un asalto cometido en abril de 2012, cuando junto a dos sujetos asaltaron y golpearon a un remisero y tras ser perseguidos por la Policía, volcaron sobre la ruta nacional Nº 188, siendo aprehendido junto a uno de sus cómplices.
Alejandro Tío Rocha fue hallado culpable esta semana por el Tribunal en lo Criminal de nuestra ciudad por el asalto cometido el 1º de abril de 2012 alrededor de las 21:30.
En esa oportunidad tres sujetos, dos menores y un mayor, acompañados por un cachorro pitbull, se presentaron en la Agencia “Disque Ya” de Avenida de Mayo y solicitaron un vehículo. Sin embargo, antes de llegar al destino indicado una de las personas que iba en el asiento trasero, tomó del cuello al chofer con uno de sus brazos, mientras con la otra mano, le apoyó un arma blanca en su rostro, efectuándole un corte en la mejilla izquierda. Los sujetos comenzaron a ponerse violentos, aumentando el nivel de agresividad y amenazando de muerte hasta que llegaron a Sarratea y G, lugar donde el chofer realizó una maniobra y logró escapar del auto.
Los asaltantes se dieron a la fuga en el remis y alrededor de las 23:00, personal policial perteneciente a Comisaría Pergamino Tercera, habiendo sido alertado del hecho, observó el automóvil Chevrolet Corsa que circulaba por la ruta provincial Nº 32 en dirección a Rosario, pero estos efectuaron un giro en U regresando hacia la ciudad. Allí se inició una persecución a toda velocidad hacia la ruta Nº 188, cuyos ocupantes no acataban la orden de detenerse. En el cruce de rutas los delincuentes doblaron hacia la izquierda, en dirección a San Nicolás, donde producto de una colisión, el sujeto que manejaba el remis perdió el control y el rodado volcó en la banquina.
Del interior del habitáculo salió un individuo efectuando al menos dos disparos contra el personal policial y de esta manera consiguió escapar, en tanto que los dos restantes que habían quedado atrapados en el automóvil volcado fueron detenidos, entre ellos el joven condenado.
La Opinion de Pergamino