La Fiscalía desestimó la denuncia porque entiende que no encuadra en ningún ilícito penal ya que lo desechado en la Planta de Tratamiento de Residuos no corresponde a “restos humanos”
La presentación de Elizalde tuvo lugar el 6 de éste mes, en sede del Ministerio Público Fiscal, donde aseguró que había tomado conocimiento a través de medios periodísticos sobre la aparición de féretros con posibles “restos humanos” que presumiblemente habrían sido extraídos del Cementerio Municipal.
La investigación, además de ser expeditiva por la premura que merecía el caso, comprendió diferentes medidas de prueba que echaron luz sobre la confusa situación generada en la Planta del Centro de Tratamiento y Disposición Final de Residuos Sólidos Urbanos. La primera persona citada a prestar declaración testimonial fue el propietario del flete que aparece en las fotografías arrojando un ataúd en el predio. También, su hijo estuvo frente al fiscal ya que desarrollan la misma tarea laboral.
El instructor de la Fiscalía Nº 8, junto a personal de Policía Científica, se hizo presente en el Basural, donde se entrevistó con el jefe de Planta, Alberto Lucas Cuesta y donde confirmó que el hecho denunciado mediante las placas fotográficas tuvo lugar el 24 de enero pasado. Para el momento de la inspección de la Justicia, las máquinas ya habían “pisado” y enterrado los elementos dentro del sector donde se arrojan los residuos con los camiones. No obstante, anticipó que “de ninguna manera se llevan restos humanos, que son restos o partes de féretros en desuso que el cementerio tira”. También informó que cada vez que se realiza limpieza en el Cementerio Municipal “llevan ataúdes y partes de los mismos” pero “les avisan antes y hacen un pozo y lo entierran rápidamente”. Sergio Adrián Calgaterra, quien posee la concesión de la operatividad de la Planta, indicó que “el flete llevó la ‘metálica’ de un ataúd con la mortaja”, pero que “no había restos humanos en su interior”.
Más allá de las entrevistas en el mismo lugar donde se desarrollaron los hechos, el fiscal dispuso que tanto Cuesta como Calgaterra se presenten a declarar en la Fiscalía. Otra de las personas que brindó su testimonio fue la mujer que tomó las fotografías que se difundieron y que asiste hace 18 años al Basural para reciclar cartón y hierros. El director del Cementerio Municipal, Ezequiel Ricci y Raúl Eduardo González, quien realiza el cambio de metálicas hace 37 años y es el soldador de las Salas Velatorias de la Cooperativa Eléctrica Limitada Pergamino (C.E.L.P), también estuvieron ante el fiscal Santamarina.
Reunido el conjunto de las medidas probatorias dispuestas por la instrucción, se concluyó que lo desechado en la Planta del Centro de Tratamiento y Disposición Final de Residuos Sólidos Urbanos de Pergamino, resultó ser una metálica con su correspondiente mortaja, la cual por una cuestión lógica del uso que se le da a esos elementos, presentaba líquidos y manchas propias de la descomposición del cuerpo humano. En este sentido, resulta clave para la Justicia que la mujer que tomó las fotografías indicó que no vio un cuerpo, pero si que “veía como un aceite marrón del cual emanaba un fuerte olor a podrido, eso seguro era resto humano”, apreciación de la cual podría derivar la situación que denunció el concejal Carlos Elizalde.
En definitiva, para el fiscal Pablo Hernán Santamarina lo que vio la testigo presencial del hecho fueron los líquidos que genera el cuerpo del ser humano al descomponerse, lo que fue acabadamente explicado en la causa. En la misma línea de argumentación, el dictamen de la Fiscalía señala que también quedó aclarado lo referente a qué es una metálica, cuándo se utiliza, cuándo se produce su cambio y qué sucede cuando es reemplazada debido a su mal estado, practica que se desarrolla desde hace 15 años, desde la asunción de Ezequiel Ricci como director del Cementerio Municipal.
Fuente:Primera Plana