Si bien las versiones policiales en base a la declaración de testigos indican que el crimen se cometió cuando el joven cometía un robo, sus familiares aseguraron que se trató de una pelea entre el chico e integrantes de una familia que «maneja» el complejo y se dedica a la «venta de drogas» y «usurpación de viviendas».
Tras el hecho, y cuando la policía y efectivos de Gendarmería tomaban declaraciones en el lugar, fueron rodeados por cerca de 30 vecinos, varios armados, por lo que se produjo un tiroteo en el que fue herido por una esquirla el segundo jefe de la seccional 36, subcomisario Daniel Orgeira.
Fuentes policiales informaron hoy que la sucesión de episodios ocurrió el pasado domingo, cuando a raíz de un llamado al 911 efectivos de Gendarmería Nacional asignados a la custodia de barrios de emergencia llegaron al cruce de Mariano Acosta y Corrales, del complejo Villa Soldati, a raíz de una denuncia sobre una persona herida de bala.
En el lugar, los gendarmes y policías de la seccional 36 vieron a un muchacho con una herida de bala en la cabeza, quien fue trasladado por el SAME al hospital Piñero, donde ingresó muerto.
Los voceros identificaron al fallecido como Damián Nicolás Gerrero, de 19 años, un joven que vivía en ese complejo y, según testigos, había sido baleado por otro vecino en la sien.
En base a testimonios, los pesquisas determinaron que una mujer, identificada como María Del Carmen Ibarra, había denunciado minutos antes al 911 que había sido víctima de un asalto en su departamento ubicado en el 3ro. «H», del edificio 4, escalera 12, del mismo complejo, cometido por dos personas, una armada.
De acuerdo al informe policial, en momentos en que se cometía el robo, el hermano de la mujer, Ambrosio Ibarra, salió en su defensa y con un arma que llevaba disparó contra uno de los delincuentes, que resultó ser Gerrero.
Mientras los investigadores procuraban obtener más datos, otro llamado al 911 los alertó sobre un incendio que se producía en el departamento 2do. «H» del edificio 19, del mismo complejo, y la existencia de una mujer y un niño heridos.
Según las fuentes, la mujer, identificada como Melina López, de 22 años, acababa de ser arrojada por una ventana del departamento con su hijo de 2 años en brazos, por un grupo que irrumpió en la vivienda, la atacó y, luego, incendió la propiedad.
Tras derivar a López y a su bebé al hospital Penna, donde ambos ingresaron con politraumatismos, los pesquisas establecieron que la mujer herida es hijastra de Ibarra, el hombre que disparó contra Guerrero y que los atacantes eran allegados a éste y actuaron en venganza por el crimen, dijeron los informantes.
Cuando la policía realizaba un operativo en la casa de los hermanos Ibarra en busca de elementos, cerca de 30 personas se acercaron y la acusaron de estar defendiendo al asesino del joven.
«Ahí están, los están cuidando, los están defendiendo, tirale, tirale», gritó uno de los integrantes del grupo al otro, por lo que se inició un tiroteo.
En medio del enfrentamiento, los habitantes del barrio se dispersaron, mientras que el segundo jefe de la seccional 36 sufrió una herida por el impacto de una esquirla en un brazo, a raíz de la cual debió ser luego asistido en el hospital Churruca.
En tanto, los hermanos Ibarra fueron trasladados a la seccional 36, donde el hombre quedó detenido en una causa por homicidio.
Antes de ser llevado a la comisaría, Ibarra entregó a la policía una pistola calibre 9 milímetros que se cree empleó para disparar y matar a Guerrero.
Por su parte, en diálogo con la prensa, un primo del joven asesinado aseguró que el crimen fue cometido por diferencias previas entre Guerrero y los Ibarra, a quienes sindicó como una familia que «maneja el barrio» desde hace años y se dedica a la venta de paco en el interior del complejo.
«Los Ibarra venden paco, todo el mundo sabe dónde lo venden y todos miran para el costado y hacen como si nada. Ellos son los que manejan el negocio este como si nada, tiene más de 10 departamentos en el barrio que usurpan y luego alquilan. Hay que terminar con esta lacra»,
«Nosotros que somos familiares de la víctima no tenemos custodia y ellos tienen un botón antipánico», agregó, tras lo cual dijo sentir «mucha impotencia» porque «nadie hace nada» y pidió «ayuda».
Finalmente, Nahuel aseguró que su primo fue asinado cuando le dispararon desde una ventana a 10 metros por una pelea previa.