LOS JÓVENES NO QUIEREN “DINOSAURIOS” EN EL PODER
Durante este último tiempo, ha aumentado considerablemente la participación juvenil en la política alrededor de todo el mundo. Es así como nuestro país posee a la legisladora más joven de América Latina, al igual que Estados Unidos con su congresista y Finlandia logró posicionar a la primera ministra milenial.
Esta ola de renovación política alcanzó países impensados, como lo está siendo el caso de Argelia.
En el norte de África se disputan elecciones este 12 de diciembre, comicios plagados de tensión y descontento popular luego de diez meses de protestas incansables.
Miles de estudiantes y profesores universitarios se unieron en las calles durante los martes y viernes de cada semana desde febrero, lo que ha significado la presión necesaria para destituir del poder al ex presidente Abdelaziz Bouteflika quien gobernaba desde el año 1999.
A pesar del nuevo llamado a votaciones, los argelinos no están dispuestos a elegir entre los cinco postulantes que formaban parte del gobierno anterior; no solo ven una falta de representación sino que, además, lo consideran una mafia o farsa política. Estos candidatos han intentado cautivar a los ciudadanos en el primer debate presidencial televisado, utilizando el árabe clásico, como una especie de jerga popular, para “conectar con la población”; aunque sólo han causado la impresión de un “teatro político”.
Protestante en la marcha contra las elecciones en Argelia (REUTERS/Ramzi Boudina).
Cada marcha expresó el desagrado hacia los postulantes, la interferencia militar, la falta de identificación en las elecciones.
“Los dinosaurios en el poder desde la independencia nos han hecho sentir asco de la política”, lo afirmaba un estudiante durante las caminatas contra el futuro sufragio.
Con la intención de no repetir una historia pasada, señalando una guerra civil en el historial argelino, sus movilizaciones han sido pacíficas; pero las autoridades han respondido con represión y detenciones injustas a activistas, periodistas, ciudadanos.
“Queremos una Argelia libre” demandan los jóvenes, exhaustos de las altas autoridades eternizadas en el poder y la injerencia militar en la política de su territorio.
El futuro de Argelia se decide en estos comicios pero la voz de los jóvenes en la política ya es un hecho.
