En solo seis días murieron tres niños de comunidades originarias del norte argentino a causa de desnutrición y deshidratación. La tragedia refleja una realidad crítica que lleva décadas perpetuandose: hambre, falta de recursos e infraestructura, incumplimiento de derechos y soluciones estatales que no llegan.
En la última semana han muerto tres niños-de uno y dos años- de la comunidad wichí en los departamentos salteños de San Martín y Santa Victoria Este. Uno de ellos fue trasladado de urgencia al Hospital Infantil de Salta capital pero, aún así, no lograron salvarlo. Las causas de los fallecimientos fueron la desnutrición y deshidratación que llevaron a fallos multiorgánicos e infecciones gastrointestinales.
Ante la conmoción generada, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, anunció ayer en su cuenta de twitter que junto al gobernador salteño, Gustavo Sáenz, “Visitaron a las comunidades indígenas del norte de Salta, llevando el acompañamiento del Presidente Alberto Fernández para trabajar de forma conjunta en la lucha contra el hambre y el acceso al agua”.
Sin embargo, Modesto Rojas, cacique de la comunidad wichí y coordinador de la Asociación Indígena de la República Argentina, ofreció un discurso opuesto en conversación con Radio Nacional Tartagal: “Hice todo lo posible para hablar con Daniel Arroyo, ellos en el informe dicen que sí pero no nos visitaron, lo desmiento, no aceptaron dialogar”, y agregó “Seguimos en la lucha con nuestras comunidades ancestrales, no nos respetan, estamos abandonados por el Estado: nación y provincia acuden al municipio, y de allí nunca tenemos respuesta”.
Para hacer visible la dura realidad que los pueblos originarios atraviesan en el norte del país, Rojas manifestó “Muchos empresarios se adueñaron de territorios ancestrales, cercaron, desmontaron y ahí perdimos todo, vivíamos de la madera de los árboles, hacíamos artesanías, las vendíamos. Estamos pasando un momento muy difícil, sin trabajo, sin agua, muchos ni siquiera tienen DNI, niños y ancianos mueren por desnutrición”.
Los funcionarios Sáenz y Arroyo firmaron un convenio contra el hambre que, según lo manifestado por el ministro, incluiría la instrumentación de la Tarjeta Alimentaria a partir de febrero- de la cual solo serían beneficiarias las personas con DNI y acceso a comercios con posnet, por tanto desplazadas casi completamente los miembros ser pueblos originarios-, y el reparto de agua envasada (actualmente suministrada de forma irregular en las zonas afectadas por camiones cisterna de la Municipalidad de Embarcación) desde la próxima semana.
Décadas de injusticia. La vulnerabilidad y urgencia de la situación que atraviesan los pueblos originarios en el país lleva ya varias décadas. La falta de infraestructura básica es también producto del fracaso del Plan Belgrano, el Programa de Refuerzo Estival que el macrismo planteó como una muestra del “compromiso social, productivo y de infraestructura que el Presidente puso en marcha para saldar la deuda histórica que la Argentina tenía con las 10 provincias del Norte y su gente, y darle un cierre definitivo a un capítulo lleno de injusticias”, además de la polémica malversación del Fondo de Reparación Histórico del Norte, en la cual no faltaron retrasos ni suspensiones de obras ya anunciadas.