Galle fue el principal testigo que delcaró en la primera audiencia del juicio por los homicidios de Micaela Galle (11), su madre Bárbara Santos (29), su abuela Susana de Bárttole (63) y una amiga de ésta, Marisol Pereyra (35).
«Enterarme que un vecino escuchó el último grito de ella, cómo la masacraron, cómo la degollaron, fue terrible para mí. Estuve hecho mierda durante quince días. Después, al ver que no había avances en la causa, me puse la remera de Mica, y empecé a investigar por mi cuenta», rememoró ante el Tribunal Oral 3 de La Plata.
Galle dijo que a través de esas pesquisas pudo encontrar a una mujer que le señaló que Quiroga había intervenido en el hecho y como dato le aportó que tenía un golpe en una mano.
El testigo no pudo precisar cuánto tiempo después de los crímenes le dieron esa información y pidió no hablar más al respecto porque tenía «temor», dijo que era «un tema mafioso» y él quería seguir investigando.
Luego fue consultado por su relación con Osvaldo «Karateca» Martínez, el otro imputado y ex novio de su ex pareja Bárbara, y dijo que no tenía ningún vínculo ya que sólo lo veía cuando iba a buscar a su hija y en una ocasión en un hospital.
«Le pido por favor a Martínez y a Quiroga que digan la verdad», dijo Galle.
Poco antes, el hombre recordó que su hija vivía con su ex mujer y que la última vez que la vio personalmente la niña «estaba contenta» porque «había salido bien de una operación».
Relató también que después tuvo contactos telefónicos y que la noche de la masacre él habia ido a un recital, por lo que se enteró del hecho al día siguiente, cuando fue despertado por su madre, quien le dijo que por televisión se veía la casa de su nieta.
«Me fui de inmediato a la casa de Bárbara. Cuando llegué estaba todo vallado. Me pararon a la entrada, no me dejaron pasar y yo les decía a los policías que era el padre de la nena que estaba ahí adentro», contó.
Ya quebrado por el llanto, Galle rememoró el momento en que les dijo a los efectivos que su hija estaba allí, pero le respondieron que «no tenía que pasar, que las cuatro habían sido asesinadas».
«Me sacaron, ya descompuesto por el dolor, me llevaron a una ambulancia, junto con mi mamá, y eso es todo lo que pude ver», relató.
El tramo más impactante de la declaración se produjo cuando el abogado Fernando Burlando, representante de Galle, le preguntó cómo era su hija y el hombre respondió, otra vez quebrado por el llanto que «Mica tenía una vida por delante, era mi compañera. Mi vida cambió desde que ella murió».
«A Mica le gustaba el hockey, jugaba en el colegio San Cayetano. Yo conocía a sus profesoras, a sus amiguitas. Por eso, el día que la enterré le tiré (en la tumba) el palo de hockey y juré que llegaría a la verdad hoy, mañana, o algún día», enfatizó.
La audiencia comenzó con la acusación del fiscal Alvaro Garganta contra Quiroga (35) y Martínez (30), quienes luego dieron sus datos personales a los jueces Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini.
Después, escucharon una declaración en la que Quiroga implicaba en el hecho a Martínez y comenzó la ronda de testigos, que serán 170.
«Estoy tranquilo, con la verdad en la mano, espero que la verdad salga a la luz», afirmó Martínez antes de que empiece la primera audiencia y a la salida aseguró que fue imputado por «el capricho de un fiscal».
El cuádruple crimen fue cometido el 27 de noviembre de 2011 en el departamento número 5 de la calle 28 número 467, de La Plata, donde las tres mujeres adultas y la niña fueron asesinadas a golpes y cuchilladas.
Al arribar al lugar, los policías hallaron en el living el cuerpo de Santos, quien estaba desnuda ya que había sido sorprendida por su asesino cuando se duchaba, y en la cocina encontraron los cadáveres de Pereyra y De Barttole, mientras que la nena estaba asesinada en uno de los dormitorios.
En una de las manos de la niña había un celular, con el que ella intentó hacer al menos dos llamadas a familiares pidiendo auxilio.
Martínez llegó al juicio en libertad, mientras que Quiroga -quien había realizado unos trabajos de albañilería en la vivienda donde ocurrió el hecho y conocía a sus moradores- se encuentra detenido en la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata.
La principal hipótesis de la fiscalía es que Martínez mató a Bárbara por su «carácter celoso y posesivo» y que con el fin de lograr su impunidad asesinó a las restantes mujeres junto a Quiroga, cuyo ADN se halló en la escena del crimen y bajo las uñas de Pereyra y De Bárttole.
El debate pasó a un cuarto intermedio hasta mañana a las 10:00 en los Tribunales platenses de calle 8, entre 56 y 57.
Fuente:Telam