La niña «no presenta desarrollo físico corporal sexual acorde a su fecha de nacimiento, tiene mínimo desarrollo del vello pubiano, sin ningún desarrollo de sus caracteres sexuales secundarios. Presenta una desnutrición severa, con distensión abdominal. No concurre a la escuela, no realiza controles médicos periódicos», dice uno de los puntos del informe, según confirmaron fuentes judiciales.
De acuerdo a los estudios que constan en la causa, los médicos advirtieron «palidez y ausencia de tejido celular subcutáneo generalizada. Se observa lesiones cicatrizales en abdomen (la niña refiere quemaduras con fósforos) y en miembros superiores (la menor refiere ser secundarias a heridas cortantes realizada por su hermana, Diagnóstico de ingreso: desnutrición grave/Anemia/Hipopotasemia».
«Sin brillo en la mirada, labios pálidos y tono de voz bajo», con «pobre capital ideativo, puerilidad, inteligencia disminuida, juicio insuficiente» y «ha desarrollado mecanismos de sobreadaptación y supervivencia a las circunstancias que le han tocado vivir», completa el informe.
Luego de que fue rescatada los médicos y especialistas que la atienden debieron emprender un «plan específico interdisciplinario con nutricionistas, neurólogos, psicólogos y el resto del personal, centrado en ‘empezar a tener vivencias nuevas, gratificantes y que ella sepa que había un grupo de gente comprometida en sacarla adelante».
En las constancias de la causa también se hace referencia a los avances de la joven a partir de que fue rescatada y comenzó un tratamiento con las personas que la sacan adelante.
«Ese fue el motor que hizo que de tener una niña totalmente desconfiada, abúlica, con conductas negativistas, pasara a poder caminar, hoy camina 10 cuadras de la mano de una de nosotras, cosa que antes daba unos pasitos y se caía, no podía ir a los juegos del hospital».
Según trascendió de los estudios, la nena «quería meterse en la cocina y comer todo. A la noche costaba mucho que se durmiera, siempre requería el acompañamiento de una enfermera, no quería quedar a oscuras o que le cerraran la puerta de su habitación. Estaba con mucho terror, tenía miedo de volver a su antigua casa y encima ser castigada».
Se desconoce su fecha de nacimiento, su número de documento y su domicilio, no sabe leer ni escribir «como así tampoco puede resolver operaciones matemáticas básicas», pero declaró ante las asistentes sociales mediante el sistema de Cámara Gesel que» le gustaría ir a la escuela».
En el expediente se realizó un informe de la pareja que la tuvo bajo la guarda y que hoy está procesada. «Se observa en ambos entrevistados un importante alejamiento del criterio de realidad, denotada a través de una importante discrepancia entre los recursos intelectuales que poseen y la interpretación bizarra que realizan acerca de diferentes aspectos de la vida» de la niña.
La Cámara del Crimen confirmó el 5 de mayo pasado la prisión preventiva para la pareja acusada de haber mantenido durante 9 años esclavizada a la niña a la que tenía bajo guarda provisoria, por lo que el caso se encamina hacia el juicio oral y público. El fallo deja a Daniel Gómez, de 43 años, y Adriana Barros, de 49 cerca del juicio oral y en caso de ser condenadospodrían ser castigados con penas de hasta 15 años de cárcel.