Uno de los tratamientos estéticos que más demanda tiene en estos tiempos es la ralentización del envejecimiento cutáneo. Son épocas complejas para la piel: la exposición al sol y a la luz artificial, el smog, los niveles de estrés, una alimentación deficiente en nutrientes, entre otros, conforman una batería de factores que predisponen a que el envejecimiento, que es un proceso natural que inicia desde el mismo momento en que nacemos, se acelere. Actualmente todavía se estudian las causas del deterioro y se ensayan múltiples formas de intervención para contrarrestarlo. Aunque muchos consideran la preocupación por el paso del tiempo como algo trivial, lo cierto es que las huellas del envejecimiento que se manifiestan en la piel son síntoma de una degradación interna, orgánica, profunda que incide significativamente en el estado de salud y en la calidad de vida. Por eso, es fundamental conocer sobre el tema y actuar a tiempo, más si consideramos la creciente oferta de tratamientos, muchas veces poco confiables.
El PROCESO DE ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO es un proceso fisiológico, multifactorial, progresivo y asincrónico (que se da de un modo particular en cada organismo, que posee distintos ritmos) y que es inducido por agresiones externas.
Hay distintas teorías sobre por qué envejecemos. Una de las más estudiadas es la PROGRAMÁTICA: un proceso determinado genéticamente por el cual envejecemos; y la segunda teoría es la ESTOCÁSICA: la que se produce por daños acumulativos en la senectud celular y que tiene su base en un aumento de radicales libres (productos que nuestro organismo libera ante el daño celular). Lo cierto es que ambos procesos son causales de envejecimiento e interactúan: Como consecuencia de la liberación de radicales libres, células inestables producen una ruptura en el ADN que es lo que produce el envejecimiento cutáneo. ¿Qué podemos hacer? Existen mecanismos de defensa que pueden ayudarnos a que el proceso natural de envejecimiento se desarrolle de la mejor manera posible: el control ambiental, la restricción calórica, protección de los rayos U.V, adecuada suplementación, etc.
Aunque existen más de trescientas teorías para explicar el por qué envejecemos, sólo algunas de ellas se sostienen y perduran con el tiempo. Las TEORÍAS GENÉTICAS postulan que cada uno nace con un código genético único y personal y, por ende, con una tendencia predeterminada de funcionamiento físico y mental que regulan la forma y velocidad con la que envejecemos. Es lo que conocemos como nuestro reloj biológico genético, que también puede ser influido y pasible de acumular daños provenientes de factores externos como ser la dieta, el estilo de vida, toxinas, contaminación ambiental, radiación, entre otras influencias. Se produce, así, un daño celular debido a la incapacidad de la célula para replicarse correctamente en ese contexto. A todo esto, se suma la visión neuroendócrina que se enfoca en la complicada cadena de reacciones químicas que constituyen la liberación de hormonas y que son gobernadas por el hipotálamo, una parte del cerebro que responde a los niveles hormonales del cuerpo. El sistema hormonal está íntimamente ligado a la cuestión del envejecimiento.
¿CÓMO EXPRESA EL CUERPO ESTE ENVEJECIMIENTO CUTÁNEO?
Algunos signos son visibles: la piel se empieza a tornar más seca, hay un aumento en la pigmentación, aparecen canas, aumenta el riesgo de tumores de piel, hay una disminución del colágeno, que se torna más rígido y menos extensible, y, por sobre todo, hay una disminución de la sustancia fundamental, que es el ácido hialurónico. También se genera una pérdida del tejido elástico, en especial como consecuencia de la respuesta al estrés. Con respecto a las fibras elásticas, hay una degradación continua, espontánea y progresiva (que comienza a los 30 años y ya a partir de los 50 años no se producen más síntesis de fibras elásticas). En lo que se refiere a la aparición de arrugas y flacidez fotoexpuestas, es de destacar que hay cambios cada vez más tempranos y severos.
A pesar del estado original de la piel de la paciente, se observa cómo, con tratamiento adecuado, se puede mejorar.
LAS ARRUGAS:
Podemos diferenciar las ARRUGAS, que comprometen el espesor parcial de la piel, de los SURCOS, que son los que comprometen el espesor total de la piel. Que se manifiesten unas u otros, depende de los efectos gravitacionales, relacionados con los aspectos genéticos y la pérdida de la elasticidad en la piel.
¿QUÉ PASA SI A ESOS FACTORES LE SUMAMOS EL TABACO?
El tabaco genera radicales libres, es decir, la liberación del producto que degrada la elastina; disminuye la oxigenación en los tejidos, deshidrata la piel (que se torna opaca o grisácea-atrofiada), genera mayor pigmentación cutánea de color púrpura y disminuye los niveles de vitamina A, todo lo que produce un aumento significativo de las arrugas y alteración de la cicatrización de heridas con aumento de la incidencia de cáncer.
Los factores internos que derivan de hábitos como este y de deficiencias nutricionales, afectan las estructuras y llevan a la formación de arrugas producto de los cambios en la expresión muscular, por el efecto gravitacional persistente y por la pérdida de hueso y cartílago facial. Así, las líneas de expresión que se generan por repetida tracción de los músculos faciales, devienen en arrugas y pliegues en la frente, en el entrecejo, en marcas periorbitales y nasolabiales. Se producen desplazamientos en el músculo que llevan a la flacidez y a la exageración de las arrugas de expresión.
También aparecen lo que llamamos pseudos-arrugas, que son modificaciones de la humectación e hidratación, arrugas finas con adelgazamiento solamente de la epidermis, que aparecen como consecuencia, por ejemplo, de las marcas que deja la posición que adopta la boca para fumar un cigarrillo, y por dinámicas gestuales causadas por la reiteración de los movimientos de los músculos de expresión y arrugas profundas que se expresan sobre todo por compromiso de los niveles de la dermis.
Podemos CLASIFICAR A LAS ARRUGAS, según el grado de fotoenvejecimiento, en cuatro grupos diferentes de acuerdo al grupo etario y a las noxas exógenas. No debemos olvidar que una de las mayores noxas son los rayos UV, los cuales generan la formación de radicales libres que dañan directamente al ADN y estimulan la síntesis de los que disminuyen el colágeno como así también las defensas biológicas naturales.
Existen muchos tratamientos para retardar la progresión de este envejecimiento. Se requiere continua capacitación de los profesionales y la implementación de la aparatología adecuada y vigente. Siempre es importante ocuparse de estudiar cada caso en particular para poder asesorar al paciente sobre el tratamiento ideal. Una excelente alternativa es la NUTRICOSMÉTICA, sobre la que podés conocer más viendo un video explicativo al que podés acceder por medio del siguiente enlace:
https://www.facebook.com/pergaminoestetica/videos/565964427610921/
Dra. Mariana Saez
M.P. N° 64.460, M.Int. N°611.
(Especialista en Medicina Estética, Medicina Ortomolecular, Medicina Capilar, Medicina Homeopática, Terapias Biológicas Naturistas.)