Tomás Troia es integrante del SAME Pergamino y relato en su perfil de Facebook la situación que le toca vivir tras confirmar, el dia sabado, que es Covid positivo.
LA PESADILLA QUE NO ERA…
8 de agosto del famoso loco e incomprensible año 2020. Ese día comienza esa pesadilla; esa pesadilla que no era. Si no que pasaba en verdad, pasaba que me comunican que daba positivo del famoso virus llamado Covid-19. Comenzaba algo que si bien sabía que estaba expuesto por mi trabajo, era propenso a contraerlo. Este bichito que muchos subestiman es complicado más cuando en mi caso, solo me faltó tener vómitos, porque si saben son muchos síntomas y bueno tuve el 99.9% de los síntomas, la verdad una cagada (literalmente). Comenze a transitar un estado de ánimo muy difícil de controlar, altos y bajos, bajos que muchas de las veces duran más que los altos. A su vez se suma que el día siguiente del que doy positivo, era el día 9 de agosto, día de cumpleaños de la persona que ilumina y da razón a mi vida, el cumple de mi amado Lorenzo, el cumplía 2 años de vida. Su padre con ese bichito, que muchos dicen es mentira no hace nada, etc. Otra cosa más que se sumaba a mi estado de ánimo y que hace bailar y navegar por todos lados a mi mente, a la cual es difícil poder pararla más de una vez.
A todo esto se le suma que una persona decide decir que yo me había contagiado por no usar el famoso EPP (equipo de protección personal), la verdad que duele mucho, porque la persona esa, seria quien debería haber levantado el celular y preguntar tomas como estas?. Creo que antes de juzgar a cualquiera de los que vamos al frente, porque elegimos esto, deberían estar en nuestros zapatos, ojo esos zapatos con las famosas botitas de quirofano. Pero bueno gente esto una vez más, nos enseña que no existe la empatía con nadie. Personal de salud pareciera que no son personas, pregunta… que seremos? Si alguien sabe que somos por favor que me avise. 2 veces fallaron contra mi y mis compañeros cuando realmente necesitábamos. Jamás labure y jamás lo haré por los aplausos, siempre trabajaré por un propósito, no por un aplauso y, si alguien cae, yo también voy a caer, porque en mi vida no existen clases, en mi vida existe la lealtad. Agradecer a quienes por mensajes, llamadas, videollamadas me están haciendo compañía desde la distancia, saber que hay mucha gente que me envía fuerzas para seguir adelante y no aflojar.
Hay que tener presente que la verdadera fuerza del ser humano consiste en la colaboración y el amor al prójimo, siempre, no en tiempos de pandemia o cuando suceden cosas que nos dejan paralizados, todos los días de nuestra vida tenemos que tenerlo presente.
Como siempre el pilar fundamental la familia. Aún falta tiempo para que esto termine, y ojalá hubiera sido una pesadilla…
Hacemos esto para proteger y darle valor a la vida.