Los primeros datos que se supieron son que Guido tiene 36 años, y que vive en Olavarría. Tiene un perfil de Twitter, donde figura con su nombre Ignacio Hurban.
«Hemos encontrado a mi sobrino, después de 35 años», sostuvo Kibo Carlotto. «La compatibilidad es de 99,9%, él se presentó voluntariamente a hacerse el análisis porque tenía dudas sobre su identidad».
La jueza María Servini de Cubría le confirmó la noticia a la presidenta de Abuelas, quien se emocionó fuertemente con el fin de una búsqueda que le llevó 37 años.
«Me llamó Cristina llorando, y me preguntó si era cierto. Le contesté que sí, no sabíamos bien qué decirnos y lloramos juntas», contó Carlotto en la conferencia de prensa. También la llamaron Máximo Kirchner, hijo de la presidenta y el gobernador Daniel Scioli.
La foto del perfil de Twitter de Ignacio Hurban (@IgnacioHurban)Guido Carlotto nació en cautiverio en el Hospital Militar de Buenos Aires, el 26 de junio de 1978, y hoy está viviendo en Olavarría. Es músico.
El procedimiento se realizó por impulso propio del nieto desaparecido, se presentó él mismo para comprobar su identidad. Tras cruzar material genético, las muestras presentaron coincidencias por encima del 99.9 por ciento.
Kibo Carlotto, secretario de Derechos Humanos de la Provincia, confirmó que el joven se presentó de manera voluntaria a someterse a los análisis. «Ya le comunicamos a él que dio positivo y ahora está decidiendo a ver qué hace. Le dimos todo el tiempo del mundo para que lo piense y juntarnos con él», indicó en diálogo con TN.
A diferencia de muchas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Estela tuvo certeza de la muerte de su hija: fue asesinada y su cuerpo fue entregado. Con todo el dolor de la época, Carlotto organizó junto a las Madres a reclamar por su nieto desaparecido.
Hoy, 37 años después, la historia tuvo un inesperado y conmovedor cierre.
La carta que Estela de Carlotto le escribió a su nieto
El 26 de junio de 2011, Carlotto le escribió una carta a su nieto, por entonces desaparecido. La misiva decía lo siguiente:
«Hoy cumples 33 años. La edad de Cristo como decían, «decimos», las viejas. Con esta inspiración pienso en los Herodes que «te mataron» en el momento de nacer al borrar tu nombre, tu historia, tus padres. Laura (María), tu madre, estará llorando en este día tu crucifixión y desde una estrella esperará tu resurrección a la verdadera vida, con tu real identidad, recuperando tu libertad, rompiendo las rejas que te oprimen.
Querido nieto, qué no daría para que te materialices en las mismas calles en las que te busco desde siempre. Qué no daría por darte este amor que me ahoga por tantos años de guardártelo. Espero ese día con la certeza de mis convicciones sabiendo que además de mi felicidad por el encuentro tus padres, Laura y Chiquito y tu abuelo Guido desde el cielo, nos apretarán en el abrazo que no nos separará jamás. Tu abuela, Estela.»