La mayoría de las personas que sufrieron una infección por SARS-CoV-2 recuperan la salud por completo varias semanas después. Pero en ocasiones los síntomas no desaparecen del todo y cada vez son más extraños.
Entre las secuelas del coronavirus, y los efectos colaterales de la vacunación, los centros de salud en todo el mundo siguen atendiendo a destajo. La pandemia sigue vigente, en Asia volvieron las restricciones y en todo el mundo se realizan investigaciones para darle un corte definitivo.
La mayoría de las personas que sufrieron una infección por SARS-CoV-2 recuperan la salud por completo varias semanas después. Pero en ocasiones los síntomas no desaparecen del todo, llegando a durar entre 3 (“Covid prolongado”) y 12 semanas (“Covid crónico” o “Síndrome Pos Covid”).
De hecho, una reciente investigación publicada en la Revista Nature, develó que no sólo el virus es muy peligroso para quienes tienen diabetes, sino que podría ser un efecto secundario en quienes ya sobrepasaron la enfermedad.
El cansancio, los dolores musculares y la disminución del gusto, son las secuelas más comunes en los recuperados del coronavirus. Cada cepa repercute de distintas maneras en el organismo.
En este contexto, la Universidad de Míchigan, en Estados Unidos, detectó un extraño problema de salud causado por el Covid-19, del que hasta el momento no había investigaciones exhaustivas.
En un estudio realizado a 432.515 pacientes, se registró que al menos 65 sufrían como efecto colateral del virus, una enfermedad ocular conocida como oclusión venosa de la retina (OVR).
Según el informe publicado en Jama (Asociación Médica Americana) el diagnóstico está basado en la oftalmoscopia.
Los tratamientos van desde medicamentos antifactor de crecimiento del endotelio vascular, inyección intraocular de un implante de dexametasona o triamcinolona, o fotocoagulación con láser.
Según expertos, aunque hubo un aumento en la incidencia de OVR después de la infección por Covid-19, “estos eventos siguen siendo raros y, en ausencia de controles aleatorios, no se puede establecer una relación de causa y efecto”.
Asimismo, explicaron que el aumento del riesgo de sufrir OVR podría estar asociado a eventos secundarios, como el empeoramiento del control de la presión arterial sistémica o la falta de actividad física.