27 diciembre, 2024

Locales-Nuevo aniversario de una inundación que siempre duele

1era

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Se cumplen 21 años de la trágica inundación del 7 de abril de 1995. En esa fatídica jornada, gran parte de la ciudad quedó bajo las aguas y hubo víctimas fatales.

La historia es conocida y cada vez que llega la fecha los pergaminenses volvemos a recordar el dolor que nos causó semejante suceso, que si bien fue de índole natural, podría haber tenido otras derivaciones si se hubiera contado con las obras necesarias para intentar frenar o minimizar semejante desastre.

Además de la cantidad de barrios que quedaron literalmente bajo el agua, con la consiguiente pérdida cuantiosa de bienes y de casas, mucha gente no pudo superar el desesperante momento y falleció como consecuencia de la inundación, sea por haberse ahogado o por tener un infarto o por otras causas.

Una de las muertes emblemáticas fue la del Bombero Fernando Esquivel, servidor público voluntario que arriesgó su vida para salvar a sus semejantes. El agua traicionera lo arrastró en una correntada y se lo llevó junto a sus sueños y su juventud. Cada año se lo recuerda en una calle que lleva su nombre.

Muchos dolorosos recuerdos quedaron de aquel día en que Pergamino amaneció con una lluvia torrencial que fue de más de 300 milímetros en un corto lapso de tiempo. La ciudad no estaba preparada para resistir y en varios barrios colapsó. Aún siguen frescos en la memoria la gente arriba de los techos y los vehículos y objetos que flotaban, por ejemplo, por calle Intendente Biscayart yendo de oeste a este, una imagen increíble que mostraba la magnitud del desastre.

También se multiplicó la ayuda, que llegó desde distintos sectores. El sonido del helicóptero que, sin dudarlo, piloteó Luis Rubén Di Palma y sobrevoló Pergamino para dar una mano donde fuera necesario. La colaboración inestimable de Bomberos, Defensa Civil, la gente misma, todos mancomunados para cooperar.

Y luego, pasados los años, con algunas casas que tuvieron durante mucho tiempo la marca de la altura donde llegó el agua, con los comercios devastados que tuvieron que empezar de cero, con el empuje que surgió desde la fatalidad, Pergamino tomó fuerza y revivió. Pero el recuerdo aún duele, y siempre queda flotando en el aire cada promesa política de la realización de obras necesarias para que eso no suceda nunca más.

Ojalá algún día no muy lejano podamos ver concretadas esas obras. Y que lo ocurrido aquel 7 de abril de 1995 no haya sido en vano.

 Diario Pergamino

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