Actualidad-El “gasto hormiga” se lleva hasta $4.000 por mes y repercute en los bolsillos
Pequeños gustos, caprichos de consumidor o bien “vicios chicos”, afectan fuerte el ingreso mensual.
Por ALEJANDRO SALAMONE
Un café $30, un alfajor $15, un yogurt $16,50, un atado de cigarrillos $30, un paquete de yerba de medio kilo $40, un pebete de jamón y queso $30, una gaseosa o alguna bebida energizante en el Gym, entre $15 y $30, comidas al paso $120 incluyendo la bebida…Gastos pequeños, de esos que durante el día se hacen, muchas veces, hasta por rutina o costumbre, pero que a la larga, cuando se sacan cuentas, terminan convirtiéndose en nocivos para cualquier economía, de cualquier trabajador.
“Cuidá el centavo que el peso se cuida solo”, señala el viejo dicho popular que, en este caso, cae como anillo al dedo.
“A veces pasa por una cuestión de conducta, seguramente si se evitan gastos innecesarios la capacidad de ahorro será mayor”
Los economistas lo denominan “gastos hormigas” que pueden “comerse” mensualmente una buena parte del sueldo; y que si se reducen permitirían a cualquier trabajador un ahorro importante a la hora de hacer números, por ejemplo, para irse de vacaciones, pintar la casa o cambiar electrodomésticos, tal como recomiendan muchos economistas sobre qué hacer con los ahorros en estos tiempos.
Que 100 pesos se esfuman rápidamente de las manos ya es vox populi, y sin dudas los “gastos hormigas” contribuyen mucho a que eso suceda.
CALCULADORA EN MANO
Algunas cuentas: tomarse un café por día en un bar del centro , con una media luna -sin tener en cuenta sábados y domingos- representa unos $250 por semana, $1.000 por mes, y en diez meses $10.000.
Tres comidas rápidas por semana, insumen un gasto de $360 y, entonces, por mes $1440, y en diez meses se llega a gastar unos $14.400.
Tomar un yogurt por día, a lo largo del mes se lleva $495, y comerse un alfajor diario implica un desembolso mensual de $450.
Pero los “gastos hormigas” no quedan en solo en bebida, golosinas o “comida chatarra”, van más allá, pequeños gustos como comprar algún accesorio de vestir, o bien cosas necesarias en determinados momentos como tomar un taxi para llegar a horario o adquirir un paraguas “descartable” si es que se larga una lluvia fuerte.
Y ni hablar si se habla de cigarrillos o, de vez en cuando, jugarse un numerito a la quiniela (ver aparte).
“Son gastos come piernas para cualquier trabajador, si se suman a fin de mes hasta pueden representar un tercio del ingreso promedio, es decir entre $4.500 y $5.500. Por eso es necesario controlar las finanzas; eso permite saber lo que sobra cada mes y separar lo que se quiere ahorrar”, expresaron los expertos en economía hogareña.
CUESTION DE CONDUCTA
Para los economistas el “gasto hormiga” puede llegar a adquirir cierta relevancia en la economía personal y hogareña, aunque consideran que “sería necesario realizar un estudio a fondo porque seguramente a algunos los puede afectar más que a otros”.
De todos modos, los especialistas sostienen que “a veces pasa por una cuestión de conducta, seguramente que si se evitan gastos innecesarios la capacidad de ahorro será mayor”, y agregan que “en nuestro país hay que tener en cuenta que a pesar de existir una inflación elevada, los salarios también aumentaron en poder adquisitivo lo que permite realizar ciertos gastos, menores, pero que a la larga suman”.
“Sin embargo -aseguran los economistas- si se tiene una conducta ahorrativa, uno tratar de evitar gastos de ese tipo. Otros son necesarios, como por ejemplo tener que comprar el almuerzo dos o tres veces a la semana por razones de trabajo o estar fuera de casa. Habría que estudiar algún caso en particular para conocer fehacientemente si es tan importante el gasto hormiga que siempre existió”, concluyó.
ALGUNOS CONSEJOSRecomiendan los economistas: anotar los gastos que se hacen día a día y, a fin de mes, marcar cuáles son imprescindibles y cuáles podrían reducirse o eliminarse; cada mes planificar cuánto irá a los gastos necesarios y cuánto destinado al ahorro. El sobrante, entonces, podría usarse en los denominados “gastos hormigas”. Y finalmente, ante cada compra detenerse y analizar, ¿no existe una opción más barata?.