25 noviembre, 2024

Locales-Investigan a un pergaminense por una causa de pedofilia internacional

 Por:Silvina Heguy

Extorsionaba a 90 nenas de entre 10 y 14 años. Les pedía fotos desnudas. En Argentina por día hay 30 reportes de menores que son usados para pornografía. Cómo evitarlo.

 

Monitoreo.

En el Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires todos los días reciben un reporte con las imágenes de menores víctimas de grooming o pornografía.

Monitoreo. En el Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires todos los días reciben un reporte con las imágenes de menores víctimas de grooming o pornografía. Foto: Gerardo Dell'Oro
 Las primeras imágenes llegaron en el reporte que, a las 5 de la mañana, recibe como parte de la rutina el Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires. Por día, en promedio, a esa hora 30 archivos son enviados desde una ONG de Estados Unidos que se ocupa de detectar imágenes de chicos desnudos. Una cifra que ubica al país entre los cinco mayores productores de pornografía infantil del mundo.

Aquella vez, los investigadores revisaron el envío, encontraron fotos de chicas entre 10 y 14 años que nunca antes habían visto y, como cada elemento puede dar una pista de dónde fue tomada, las tuvieron en cuenta. En los días siguientes siguieron recibiendo el mismo tipo de imágenes pero de otras preadolescentes y algunos vídeos de las primeras. Fue cuando comprendieron que existía un patrón que unía a las imágenes de 90 víctimas. Eran demasiadas quienes enviaban sus fotos desnudas en las mismas posiciones, como calcadas, también eran las mismas 90 que después enviaban un vídeo en el que se masturbaban. Se notaba que alguien le indicaba cómo hacerlo desde algún lado del ciberespacio. Algunas lloraban al hacerlo y prometían que la próxima vez sería diferente.

Los investigadores pidieron reportes a Facebook y, a través de un programa que construye árboles de relaciones en la web, determinaron que todas enviaban las fotos a tres o cuatro perfiles de esa red social. Avanzaron más y lograron determinar que sólo un hombre manejaba esas cuentas. Lo investigaron y detectaron que era un serial. Una nueva especie de acosador sexual en Internet. El solo mantenía conversaciones paralelas desde un país de América Latina y extorsionaba, al mismo tiempo a 90 chicas argentinas, y a otras cientos en Chile, Colombia, Uruguay y México. Este semana se determinó además que las fotografías obtenidas las enviaba al menos a dos pedófilos más: uno en Salta y otro en Pergamino. Los allanamientos están todavía en marcha. Para él están preparando las pruebas y así pedir su captura internacional.

Fue el 7 de noviembre a las 10 de la mañana que en trece provincias argentinas se lanzó el “Operativo Angel Guardián”. Habían sido cinco meses de investigaciones y la acción coordinada en las casas de chicas fue encabezada por los fiscales de la Red 24/7, creada en octubre de 2014 para estar en permanente contacto ante casos de grooming o ciberacoso sexual infantil. “Fue una acción inédita porque en lugar de ir sobre el acosador, primero se buscó proteger a la víctima. Se preservaron las pruebas de las extorsiones”, contó Enrique Del Carril, director del Cuerpo de Investigaciones Judiciales de la Fiscalía General de la Ciudad y también porque dejó en evidencia la vulnerabilidad de los chicos en Internet.

Internet permite que un abusador que antes lograba contactar a un chico ahora lo pueda hacer con varios a la vez. “Hay casos de múltiples víctimas con un solo victimario, pero este es un caso paradigmático: se contactaba con muchas al mismo tiempo”, explica Javier Martínez, fiscal de la causa.

La Fiscalía General porteña es “la puerta de entrada” de los reportes sobre grooming y pornografía que se dan en toda la Argentina. Ese rol lo cumple por el convenio que firmó en 2012 con la ONG estadounidense Centro Nacional para Niños desaparecidos y explotados -conocida por sus siglas en inglés NCMEC- y cuya función es captar todas las imágenes de pornografía infantil o frases que hagan alusión a ella. Como en los Estados Unidos todas las empresas de Internet están obligadas a informar a la organización cuando detectan material pornográfico de menores, la totalidad de las redes sociales y servidores de correos están monitoreados. Cuando detectan algo hacen un reporte y lo envían a la fiscalía con la que tienen contacto. Es lo que recibe el Cuerpo de investigaciones judiciales a las 5 de la madrugada. Cada imagen está clasificada según el grado de urgencia y peligro en el que está el menor. “Cada reporte es un caso”, explica el fiscal Martínez. Si sucede en otra provincia se la remite a la autoridad que corresponda.

Desde que se firmó el convenio a fines de 2012, el Cuerpo de Investigaciones Judiciales porteño lleva investigados más de 20.000 denuncias. Tan solo en septiembre abrieron 447 casos en la Ciudad. Si se tiene en cuenta que en 2013 se recibieron 186 reportes y en 2015 fueron 3.174, el aumento de casos porteños fue de 1.600%.

El de la pedofilia y los diferentes abusadores de chicos y chicas en Internet es un mundo con códigos propios. Se pasan imágenes a través de las redes sociales, con mensajes directos, abriendo una cuenta común a la que pueden acceder distintos usuarios y donde guardan las fotos en borradores así los sistemas no detectan el tráfico. Entre los pedófilos se reconocen por códigos y gustos particulares (varones de determinada edad, etc) y lo más grave es que crean grupos cuya exigencia para entrar es aportar nuevas imágenes de chicos. Así existe una demanda permanente de fotos de menores y muchas de ellas son de abusos sexuales. En el caso Angel Guardián las primeras alarmas sonaron porque eran imágenes inéditas. Los mecanismos de contacto también son sistemáticos. En este caso, el acosador serial tenía perfiles que simulaban ser un varón adolescente. Decía llamarse Raúl, Tomii, Dieguito, Facundo, Arcángel. Una vez que avanzaba la relación de seducción con las víctimas les pedía fotos con el torso desnudo, después videos. Si la chica se negaba comenzaban las amenazas. Creaba un perfil falso de otra chica similar a la víctima que se contactaba y le contaba que a ella le había pasado lo mismo y que cuando le mandó la primera foto dejó de molestarla. Si esto no funcionaba, aparecía en escena con otro perfil, esta vez de un hombre que amenazaba con contarle a sus contactos de Facebook o a su familia. En algunos casos captaba fotos de sus padres de otras redes y les decía que los iba a matar. Una de las víctimas contó que la presión era tal que estaba pensando en suicidarse.

Por lo general, explican los investigadores, estos acosadores saben los mecanismos para crear perfiles falsos sin dejar demasiadas huellas, además hacen un estudio previo de su posible víctima con gustos y actividades, entonces las “atrapan en pocos minutos”, explica Del Carril. También pueden usar los juegos en red y hasta la Play para el contacto. “La coacción a las víctimas vulnerables –que en Internet puede ser cualquier chico sin herramientas de conocimiento- se da en un lapso corto. Un chico vulnerable es uno con celular -agrega-. Es la vulnerabilidad propia de los 12 o 13 años, en los que empiezan a usar las redes sociales y creen que todo es verdad”.

Enrique del Carril, director del Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público de la Ciudad, donde detectaron e investigaron al acosador sexual de 90 chicas argentinas y otro centenar latinoamericanas. Foto: Gerardo Dell'Oro

Enrique del Carril, director del Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público de la Ciudad, donde detectaron e investigaron al acosador sexual de 90 chicas argentinas y otro centenar latinoamericanas.

El comportamiento de los chicos y chicas argentinos en la web quedó expuesto en un estudio que Unicef presentó en junio de 2016. El 80% de los 1.106 consultados habían experimentado una situación perturbadora en Internet. Cuatro de cada 10 había aceptado ir a conocer a desconocidos que los habían contactado por esa vía y el 68% dijo que su familia desconocía total o parcialmente sus actividades virtuales. La mitad de los que estaban entre 13 y 15 años contaron que ponen su información personal al alcance de todos.

“El uso de Facebook u otra red social como herramienta de captación y abuso de chicos y chicas implica una cuestión terminológica”, dice Horacio Azzolin, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), donde elaboraron una Guía para evitar ser una víctima en las redes sociales. “Cualquier adulto que empieza un diálogo con un chico y, en el medio, le pide o exige la entrega de fotos o lo seduce para que le consiga fotos, está haciendo algún tipo de explotación sexual pese a que no lo está tocando. Eso tiene que quedar claro. Es una forma de explotación sexual. Incluso excedió al grooming, que es el contacto con el fin de cometer algún delito contra la integridad sexual. Los casos que venimos detectado son organizaciones que se dedican a captar a chicos así”.

El 13 de noviembre de 2013 en la Argentina se sancionó la ley que incluyó en el Código Penal al delito de grooming con penas de prisión de seis meses a cuatro años. Y tanto los padres de las víctimas como los fiscales coinciden que es fundamental penar la tenencia de pornografía infantil para frenar el delito en todas sus etapas.

 

“Lo que suele pasar es que cuando empiezan a surgir nuevos crímenes online, se tienden a sobrelegislar es decir a hacer leyes especiales y se corre el riesgo de hacer una ley para cada delito digital, cuando ya están tipificados en el Código Penal. La discusión entre los especialistas en leyes y delitos informáticos es si hay que generar una ley para cada caso o alcanza aplicar el Código de la misma manera que se aplica en la vida offline que en la online”, dice Natalia Zuazo, politóloga especialista en tecno-política. Advierte además que existe “un riesgo a considerar que Internet vuelve todo más peligroso. En un punto es una sobredimensión del problema y en otro es cierto porque exponemos a los chicos con mucha información sobre sus vidas. Qué medidas se pueden tomar para protegerse y no para generar una paranoia. Hay que saber que en las redes sociales se deja una serie de información contextual sobre la vida y que a partir de ella los delincuentes se contactan con los niños porque saben qué música les gusta, quién es su ídolo.” Al enumerar las formas de prevenir coinciden los entrevistados. “No dejar la información pública; tener los perfiles cerrados; no aceptar a personas que no se conocen son los puntos básicos para no estar tan en riesgo ya que éste existe y nadie lo va a minimizar. Otro buen consejo es evaluar antes de aceptar. El lema en inglés ‘Stop, think, connect’ (Parar, pensar y conectar) es esencial y es la que las organizaciones que buscan construir ciudadanía en la web aconsejan”, cuenta Zuazo.

 

“La forma de prevenir es tener conciencia de qué estamos hablando –dice Martínez–. Los padres se preocupan porque sus hijos no salgan a la calle, que no se les acerque nadie, que nadie hable con extraños y no advierten que Internet es una vía pública. Piensan que los chicos están protegidos porque están en su casa, pero si no les dan información no lo están. Fundamentalmente los que están entre los 10 y los 14 años, franja donde tenemos más denuncias. No se tienen que conectar con desconocidos: los acosadores son muy astutos, logran imágenes y conversaciones con perfiles falsos. Los chicos empiezan a tener diálogos peligrosos porque no saben cómo manejarse. Estos adultos entonces empiezan a coaccionarlos. Ellos acceden a mandar una imagen y la presión se profundiza. Les piden un video porque si no los amenazan con que va a repartir la imagen entre sus conocidos. Algunos si tienen buena relación con los padres van y les cuentan, otros no y siguen metidos en el círculo de violencia emocional hasta que les llegan a pedir un contacto personal. Lo que ya es una situación gravísima para lamentar aún más”.

Dónde informarse y pedir ayuda: 

El ciberacoso sexual o grooming es un delito que se lleva a cabo a través de Internet. El acosador es un adulto que contacta chicos y chicas por la web con fines de abuso sexual. Si pensás que fuiste o sos víctima pedí ayuda a tus padres, o a un adulto de confianza. Ellos podrán efectuar la denuncia en la Fiscalía de la Ciudad; 0800 33 (FISCAL) 347225 o denuncias@fiscalias.gob.ar También para realizar una denuncia, recibir más información o ayuda, funciona la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), a cargo del fiscal Horacio Azzolín. Tiene un teléfono de atención +54 (11) 5071-0040 y un correo electrónico denunciasufeci@mpf.gob.ar. Además publican la Guía para prevenir ser víctima en las redes. Se la puede consultar en: http://www.fiscales.gob.ar/wp-content/uploads/2016/05/Brochure_Cibercrimen_tipografi%CC%81as.

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