Los gremios rechazan el acuerdo con el FMI y los recortes presupuestarios en el Estado; no habrá marchas, pero la izquierda bloqueará con piquetes los accesos a las grandes ciudades
Con la adhesión del transporte público de pasajeros y de una amplia mayoría de sectores sindicales que hasta ahora habían reaccionado de manera dispersa, la CGTactiva hoy el tercer paro general desde que Mauricio Macri se convirtió en presidente.
La huelga, que se extenderá por 24 horas desde la medianoche, fue convocada para exigir cambios en el rumbo económico y en rechazo de aquello que los gremios definen como un «brutal ajuste» impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La protesta, que cuenta hasta con cierto aval de la Iglesia, también apunta a forzar al Gobierno a revisar su plan de recortes en la administración pública y refrendar una suerte de pacto antidespidos hasta fin de año en el sector privado, una alternativa que ya fue desechada desde la Casa Rosada tras el fallido antecedente de 2016.
La medida de fuerza es sin movilización, aunque los gremios trotskistas bloqueará los accesos a las grandes urbes, sobre todo a la ciudad de Buenos Aires. La izquierda buscará capitalizar la huelga de la CGT para visibilizar su descontento, como lo hizo el 18 de diciembre del año pasado al encabezar, los incidentes en los alrededores del Congreso mientras se debatía la reforma previsional.