Salud – FIBROMIALGIA, SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA Y MEDICINA ORTOMOLECULAR
La palabra fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones). La fibromialgia se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos (puntos dolorosos). Este dolor se parece al originado en las articulaciones, pero no es una enfermedad articular.
La fibromialgia es frecuente, la padece entre el 2% al 6% de la población, sobre todo mujeres. Puede presentarse como única alteración (fibromialgia primaria) o asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante).
Síntomas
En términos generales podemos decir que la fibromialgia consiste en una anomalía en la percepción del dolor, de manera que se perciben como dolorosos estímulos que habitualmente no lo son. Además de dolor, la fibromialgia puede ocasionar rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por las mañanas, y sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies. También pueden notarse hormigueos poco definidos que afectan de forma difusa en especial a las manos.
En pacientes con dolores osteomusculares crónicos, fibromialgia y/o fatiga crónica, es frecuente la deficiencia de coenzima Q10, y su aporte junto con los nutrientes básicos, NADH y L-carnitina puede mejorar la sintomatología. En fibromialgia y fatiga crónica existe evidencia para administrar CoQ10 de forma adjunta al tratamiento médico convencional.
Las células necesitan un suministro continuo de energía para sus funciones desde las mitocondrias, siendo la coenzima Q10 y L-carnitina cofactores esenciales para producir el compuesto de alta energía ATP (trifosfato de adenosina). Las mitocondrias son los centros de producción de energía de la célula, y necesitan altas concentraciones de coenzima Q10 y L-carnitina. La coenzima Q10 hace de transportador de esta energía al exterior de la mitocondria.
Uno de los síntomas de la deficiencia de la coenzima Q10 es la fatiga, lo que sugiere que los bajos niveles de coenzima Q10 conducen a que las células no tengan suficiente ATP para los procesos biológicos, como las contracciones musculares que se requieren para la actividad física. Además, los estudios han encontrado que las personas con síndrome de fatiga crónica a menudo tienen niveles bajos de la coenzima Q10. Una baja producción de ATP aumenta la tendencia a la fatiga y al dolor. Se observa un empeoramiento de estos síntomas después de cualquier tipo de esfuerzo, incluyendo el ejercicio físico o mental o el estrés emocional.
Es importante aclarar que, en estos casos, dormir no alivia la fatiga. Para diagnosticar el síndrome de fatiga crónica a alguien, un médico también debe encontrar que la persona sufre de uno de estos dos problemas adicionales:
- Una alteración de la capacidad de pensar.
- Una incapacidad de permanecer de pie (los síntomas mejoran al tumbarse).
El diagnóstico también depende de que estos síntomas persistan durante al menos seis meses, y deben estar presentes al menos la mitad del tiempo con una intensidad entre moderada y grave, según concluyó el comité del IOM.
Dra. Mariana Elizabeth Saez
Matrícula 64460
Medicina Estética Integral
Medicina Ortomolecular
Implante Capilar
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