27 noviembre, 2024

Desde Federación Agraria Pergamino piden superar el «odio al gobierno»

Sebastián Campo, presidente de la Federación Agraria de Pergamino, sufrió un sabotaje por aceptar una reunión con Kicillof. Dice que hay temor a disentir con los «autoconvocados».

En el primer día hábil del año, el gobernador bonaerense Axel Kicillof convocó a los representantes de los pequeños y medianos productores agrarios en el parque Pereyra Iraola. Entre los 50 asistentes, estuvo el ruralista Sebastián Campo, presidente de la filial Pergamino de la Federación Agraria Argentina. «Ese día les conté la preocupación que había en nuestra localidad por el aumento de impuestos, y advertí que se venía un tractorazo contra las retenciones. Les dije que era importante escuchar a los productores para buscar una solución y el ministro de Desarrollo Agrario Javier Rodríguez me propuso venir para hablar con todos los sectores. Nunca me imaginé que eso dispararía todo lo que vino después», se lamenta este productor de la localidad de Acevedo, mientras recuerda la reunión del 3 de enero. Apenas recibió la iniciativa del funcionario se la transmitió a sus colegas. Fue ese mismo viernes por la noche y la respuesta no fue la mejor. Al día siguiente, cerca de las 9 de la mañana, fue a trabajar a su galpón y se encontró con una sorpresa que le amargó el primer fin de semana del año. Según consta en la denuncia que radicó en la Fiscalía General de Pergamino, a cargo de Mario Gómez, «constató que el acoplado agrícola de diez toneladas de capacidad, lleno de maíz, se encontraba con las cinco tuercas de la rueda delantera izquierda aflojadas intencionalmente». En la denuncia a la que accedió este diario, Campo asegura que «no se trató de una falla mecánica, debido a que estáticamente es imposible que se aflojen. Es intencional por la elección de la rueda, porque si salía sin darse cuenta, el acoplado podría haber volcado», algo que no habría ocurrido «si se hubieran aflojado las tuercas de la rueda trasera».

«La verdad es que eso me afectó mucho, porque sólo llevé una propuesta del ministro para un sector al que habitualmente le pasa todo lo contrario: pedimos que nos reciban y no pasa nada», cuenta con preocupación Campo. El incidente de las tuercas sucedió 48 horas antes de la realización del «tractorazo» realizado en Pergamino el martes 7 de enero, dentro de la serie de movilizaciones impulsadas por el movimiento «Campo Más Ciudad», que representa a productores agrarios que se definen como «autoconvocados». La movilización de Pergamino desplegó 200 tractores y 350 camionetas por el centro de esa ciudad emblemática de la pampa húmeda. Según cuenta Campo, su oposición manifiesta a participar de ese movimiento le zanjó duras críticas, pero insiste en que nunca esperó que sus planteos pudieran derivar en un sabotaje que podría haber puesto en riesgo su vida.

«Mi posición siempre ha sido franca: desde antes de las elecciones de octubre, acá en Pergamino se desarrollan asambleas locales de los autoconvocados. Ya por entonces habían resuelto organizar piquetes preventivos ante la posibilidad del aumento de las retenciones, pero nosotros como Federación Agraria decidimos no participar», explica Campo. «No somos autoconvocados, tenemos nuestra organización y consideramos que no tenía consistencia impulsar esas medidas y sigo pensando que estas movilizaciones son prematuras», explica este dirigente agrario, que proviene del movimiento agrario cooperativo. Desde que denunció el sabotaje a su acoplado, recibió el apoyo de sus colegas productores, pero al cierre de esta edición ninguna de las entidades agrarias se comunicó con Campo ni siquiera para interiorizarse sobre la situación. La Mesa de Enlace está integrada por la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro y la Federación Agraria Argentina (FAA). La entidad a la que pertenece Campo es encabezada por Carlos Achetoni a nivel nacional, pero tampoco mostró señales al respecto.

«Acá, en Pergamino, la Sociedad Rural acompañó el tractorazo y la FAA no, pero hay dirigentes que están sucumbiendo ante ese odio que data de 2008. Están atemorizados por la no aprobación de su sector. Los entiendo, porque es muy feo enfrentarse a eso, y me pasa desde hace tiempo», reflexiona este ruralista, mientras recuerda con tristeza una anécdota que refleja cómo es la vida cotidiana en su pueblo desde que tomó estado público el caso. «Este viernes fui al banco a hacer un trámite y un colega me cruzó encolerizado y me retó: ‘Empañaste el tractorazo, si te hicieron eso, te hubieras quedado callado la boca en vez de hacer tanto escándalo'», relata Campo, quien resolvió «tomarse unos días» y dejar su pueblo para evitar ese rechazo en forma cotidiana.

«Pero no hay que sucumbir y hay que mirar para atrás y ver quiénes son los sectores que están jugando. Hay temores injustificables en un sector frente al nuevo gobierno. Nosotros no podemos llevar adelante nuestras filiales oyendo un odio histórico contra un gobierno, tenemos que ser superadores», insiste Campo, mientras reconoce que la sanción de la ley impositiva en la Legislatura bonaerense también impactó en la comunidad agraria, especialmente en el vínculo que mantienen los legisladores provinciales de Cambiemos, como Lucho Bugallo, de la Coalición Cívica, que participó activamente del tractorazo en Pergamino, al igual que el ingeniero en telecomunicaciones Sebastián Quiroga, que es titular de ese partido en la localidad cordobesa de Villa Dolores, y oficia como el vocero del espacio Campo Más Ciudad. «Los diputados de Cambiemos votaron la ley impositiva y no lograron meter un solo cambio que nos beneficie, y eso los ha dejado en evidencia incluso con los autoconvocados», explica el ruralista. Algo similar le pasa al intendente de Pergamino, Javier Martínez, que integra el PRO, pero afronta duras críticas por el incremento de las tasas municipales.

«Yo anhelo que rápidamente el gobierno defina una segmentación de las retenciones que esté bien planteada y que apunte a los pequeños y medianos productores. Es vital, para que esas bases no sigan presionando a los dirigentes de la FAA para que se sumen al planteo de retenciones cero para todos, algo que sólo beneficia a los grandes productores, favorece la concentración y nos complica a los más chicos», analiza este productor de 39 años, mientras busca un lugar para refugiarse por unos días con su familia.

Fuente:Tiempo Argentino

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