PERDER EL MIEDO A LA FRONTERA Y AL MUNDO. LA HISTORIA DE UN PERGAMINENSE NOS RECUERDA QUE PODEMOS ESPERAR, CONFIAR Y SOÑAR CON TIEMPOS MEJORES.
Son tiempos complicados para soñar con viajes. Lo sé. Casi parece una ofensa hablar del exterior ahora. Así son los recovecos del miedo. El otro y lo desconocido se convierten en el enemigo. Lo que era habitual para algunos y el sueño de otros se transforma en un peligro o en un delito condenado socialmente cuando cambian las reglas de lo permitido y de lo recomendado. No son épocas para la negación ni para la irresponsabilidad, por supuesto, pero ojalá tampoco lo sean para la culpabilización, la desesperanza ni para eternizar la angustia o la tragedia. Espero que no caigamos, una vez más, en la discriminación y el estigma de lo foráneo. Nuestras profundas raíces genealógicas revelan que todos venimos, de algún modo, de otras latitudes; la historia, por su parte, debería enseñarnos que algún día – espero que nunca – nuestras tierras podrían ser cuna de peligros y nos tocaría, entonces, cargar con la cruz que hoy gran parte de la población arroja sobre otras geografías.
Cada vez que reflotan las aristas tristes del mundo, como las pandemias y el terrorismo, el hogar deviene en trinchera y el exterior, en monstruo. Nos posesiona el enemigo interno. Parece que el odio estuviera esperando, agazapado, la oportunidad, la excusa, para expresarse. Salen a relucir los prejuicios y los resentimientos: Los viajes se tiñen de sospecha, más todavía porque se los considera un lujo, un riesgo innecesario. Pero, antes que callar, son momentos de usar la palabra para sanar, para confiar en el futuro y para conjurar el temor. Ya volverá, aunque tras tristes e inevitables pérdidas, la ilusión de una realidad sin límites, donde lo desconocido pueda volver a maravillarnos y nutrirnos en lugar de asustarnos. Cuando acabe la imperativa urgencia de sobrevivir, tal vez la vida se nos vuelva más viva y nos animemos a mejores caminos.
Viajar es, entre muchas otras cosas, crecer. Andando nuevas rutas nos adentramos en el conocimiento del otro y, en especial, en el de quien verdaderamente nos habita. Es por eso que he decidido inaugurar esta bitácora compartida que llevaba meses gestándose en mi mente, este diario de viaje en que se inscribirán las vivencias y aventuras de quienes pueden inspirarnos. Tu historia, si quisieras, podría también formar parte.
(Podés postularte para compartir tu viaje por mensaje de WhatsApp al 02477-359809)
En una sección que vengo ideando, y que me gusta llamar «Pergaminenses por el mundo», hoy, alguien que hace no tantos años corría y jugaba feliz por las veredas de nuestro barrio, y que actualmente, tras recorrer varios países, reside en España, en Palma de Mallorca, me ayuda a dar el puntapié inicial y comparte su historia para animarnos a abrir nuevamente las ventanas a la ilusión.
Se trata de Leandro Carini quien, a su corta edad, ya ha vivido en Irlanda, Australia, Italia y España, y ha visitado lugares tan paradisíacos y movilizantes como Tailandia. Él mismo confiesa que, si tuviera que elegir el lugar más bello – y todos los viajeros comprendemos perfectamente por qué lo dice – sería muy difícil: los encantos de viejos/nuevos sabores, de lo exótico, de la calidad de vida en países del primer mundo, de las amistades cosechadas y de las culturas contactadas hacen inconmensurables las experiencias. En todos estos lugares, sin duda, ha dejado un poco de su corazón.
En una entrevista radial que tuve el placer de realizarle y que se emitía el pasado sábado en mi programa «Genias del Alma» (por FM 99.5 Radio Verdad, los sábados de 9 a 12 y los domingos de 12 a 15 horas), nos relataba con detalle esta vida viajera que ha decidido llevar adelante. Para ser estrictamente fiel a sus palabras, a continuación te dejo el enlace de la nota y también una galería fotográfica que te va a permitir ser testigo de todo lo que nos tiene reservado el mundo, porque no solo de peligros se hace sino que, disfrutándolo, cuando los vientos son favorables, es como verdaderamente se renace.
Entrevista radial, enlace:
Los caminos de Leandro Carini, un alma viajera, de Pergamino al mundo:
Leandro, después de hacer su primer viaje al exterior, soñó con el mundo, se vio en él, y ahí está recorriéndolo. Quería que conocieras un poco de su vida, de su historia, para que, si es lo que deseamos, volemos, viajemos, cuando sea propicio, cuando los vientos soplen a favor, sin infierno debajo, solo con un cielo por encima…