Capital-Polémica por utilización de drones policiales
La fabricación de un drone experimental por parte de la policía de la capital argentina provocó que un grupo de parlamentarios reclame una ley que regule su uso ante el temor de que sirvan para tareas de inteligencia o invadan la intimidad en el espacio público.
La reciente aparición en fotos de prensa de un drone en una manifestación y el anuncio de la fabricación de un prototipo por parte de la policía de Buenos Aires abrió un debate sobre la necesidad de legislar acerca de esta tecnología aeroespacial en el país.
La polémica empezó con las primeras imágenes de un drone tomadas el 14 de mayo durante una marcha de la central obrera CGT en el centro de Buenos Aires, donde se observó la aeronave sobrevolando el área de la concentración.
El origen del drone en el acto no ha sido aclarado: unos afirman que es una herramienta de filmación de un canal de noticias local y otros sospechan que fue usado por la policía.
Por otro lado, un grupo de integrantes de la Policía Metropolitana, creada por el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri (derecha), anunció que está experimentando con la fabricación de un prototipo.
«Un grupo de empleados del Área de Comunicación está armando un drone. Pero está en experimentación», dijo un portavoz oficial que solicitó el anonimato. La fuente indicó que la policía está pensando en usarlos «pero sólo en casos de emergencias».
El tema tuvo eco en el parlamento comunal y un grupo de legisladores hizo un pedido a Macri para que informe «sobre la adquisición y utilización de vehículos aéreos drone con sistema no tripulado y/o de tripulación remota por parte de la Policía Metropolitana», según un informe impulsado por el diputado Pablo Bergel.
«Además de los usos que podrían resultar positivos, también podría, ser usada esta misma tecnología para realizar espionaje, violación de intimidad y represión», indicó Bergel.
Para el diputado el peligro es que «con pocas adaptaciones, estos aparatos podrían transportar también armamento o sustancias químicas letales» entre tantos otros usos que «la imaginación» de mentalidades represivas pudieran desarrollar», dijo Bergel.
Para el sociólogo Andrés Pérez Esquivel, asesor de los legisladores y especialista en el tema como miembro de la Red Latinoamericana de Vigilancia, Tecnología y Sociedad, la producción de droneses un arma de doble filo.
Su producción se ha diversificado «y se están utilizando con fines comerciales y de entretenimiento, como en la filmación de películas o eventos deportivos, pero también policiales», advirtió Pérez Esquivel.
Para el experto los drones «son como un cuchillo, se puede usar para comer pero también para matar». Pérez Esquivel sospecha que el drone visto en la movilización obrera de mayo pudo haber sido usado con fines policiales.
Los legisladores de la ciudad de Buenos Aires proponen prohibir su uso hasta que no se apruebe una legislación nacional que los regule.
La industria de aeronaves con sistema de tripulación remoto, o no tripulados, está viviendo un proceso de auge a nivel mundial y ya hay más de 7.000 empresas e instituciones públicas y privadas en 60 países involucradas en su promoción, según la Asociación de sistemas de vehículos no tripulados internacionales.
El tema está en debate en el mundo y a fines de 2013 la Unión Europea definió la integración progresiva de los drones recién a partir de 2016.
Hasta diciembre pasado, en Europa, aparte de España, sólo Francia trabajaba en una legislación para estos aparatos.
EEUU autorizó esta semana la entrega de la primera licencia de vuelo para drones en zonas de explotación petrolera en Alaska a la compañía petrolera BP.