Nacionales – Comienza el juicio al policía acusado de matar a un jugador de Banfield
Un ex policía bonaerense comenzará a ser juzgado el próximo martes, acusado de haber matado de un tiro en la espalda, en 2012, al futbolista del club Banfield Lautaro Bugatto, durante un asalto ocurrido en la localidad bonaerense de Burzaco.
El procesado es David Ramón Benítez (34), quien llega al debate en libertad imputado con la carátula inicial de la investigación, homicidio simple, que prevé una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
El juicio estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 10 de Lomas de Zamora, que dará inicio a las audiencias a las 9 en el edificio judicial ubicado en Camino Negro y Larroque de ese distrito del sur del conurbano.
A lo largo de un mes, los jueces Daniel Manzini, Susana Silvestrini y José Ignacio Polizza, con la intervención del fiscal Jorge Bettini Sansoni, escucharán a unos 35 testigos.
«La expectativa que tenemos para el juicio es mantener la calificación legal y una condena de cumplimiento efectivo por haber efectuado los disparos y por su actitud posterior al hecho, que fue intentar encubrirlo por ser miembro de la Policía Buenos Aires 2», dijo a Télam Lucio de la Rosa, abogado de la familia Bugatto.
«El dice que le disparó a Lautaro porque creyó que era un delincuente, pero él sabía desde un principio lo que pasó. Tenemos un testigo que presenció toda la secuencia de los siete disparos a mansalva que efectuó, en zig zag, y sin interesarle si iba a matar a alguien», sostuvo.
El abogado del particular damnificado adelantó que la defensa intentará demostrar que se trató de un homicidio cometido con exceso en la legítima defensa, que tiene una pena mucha más leve: entre seis meses y cinco años de prisión.
Bugatto (20), un lateral izquierdo que estaba a préstamo en Tristán Suárez procedente del club Banfield, fue asesinado cerca de las 3 de la madrugada del 6 de mayo de 2012, en el cruce de avenida Monteverde y Pedro Goyena, de Burzaco, partido de Almirante Brown.
Benítez, un oficial que estaba franco de servicio y de civil, circulaba por allí a bordo de un Renault 12 junto a su esposa, mientras que delante del auto iban su hija menor de edad y su hermana en un ciclomotor.
Aparentemente, dos delincuentes armados quisieron robar el ciclomotor, por lo que el policía trató de evitarlo y efectuó siete disparos con su arma reglamentaria hacia los asaltantes.
Uno de estos balazos impactó en el cuerpo de Bugatto, quien estaba ubicado a unos 30 metros de distancia, en la puerta de su casa, junto a un hermano y dos amigos con los que iba a salir a bailar.
El futbolista recibió el tiro en la espalda, sus amigos lo cargaron en el auto y lo llevaron hasta la Clínica Burzaco, donde finalmente murió.
En su indagatoria, Benítez admitió haber usado su arma, pero dijo que lo hizo en defensa propia luego de que a él le dispararan primero los delincuentes, algo que no fue avalado ni por testigos imparciales ni por las pericias balísticas.
Al menos tres testigos vieron a Benítez ubicarse en la mitad de la calle y efectuar varios disparos sin que recibiera ataque alguno por parte de los supuestos asaltantes.
Las pericias confirmaron que todos las proyectiles y vainas colectadas en el lugar del hecho, entre ellas la bala extraída del cuerpo de Bugatto, fueron disparadas por una única arma: la pistola 9 milímetros de Benítez.
En su declaración indagatoria, Benítez también admitió que hacía un año y medio que no disparaba su pistola y que creía haber herido a los dos delincuentes que asaltaron a sus familiares, pero esto no pudo ser confirmado.
Además de la causa principal, tramita una paralela en la que varios policías fueron procesados por «encubrimiento calificado», ya que tras el hecho entregaron el auto Renault 12 a la esposa del policía y luego el vehículo apareció con dos orificios con la intención de que pareciera que se había producido un tiroteo.
Según explicó De la Rosa, tras los peritajes, se determinó que los agujeros, uno en la óptica y otro en el paragolpes, no se correspondían con los provocados por un arma de fuego, pero nunca se pudo determinar cómo se hicieron.